sábado, 24 de octubre de 2015

CAPITULO 3.5 PARÁSITO MENTAL

"El tintineo de las gotas golpeando la fría piedra sacó a Heinzber de sus pensamientos. Llevaba bastante tiempo, o eso creia el, en el interior de aquella improvisada celda mazmorra. La vorágine de acontecimientos le habían llevado hasta ese punto, quizá no se había planteado este desenlace cuando decidió romper sus juramentos en nombre del emperador al empezar esta guerra. Ahora dudaba de todo, dudaba de si las decisiones que había tomado motivadas por los semidioses en servoarmadura que habían incitado su adoración a los dioses verdaderos le habían llevado por el camino correcto. Las ansias de poder, el hambre de gloria, y la necesidad de libertad y de salir de las férreas disciplinas de un régimen despiadado, le empujaron a unirse a la adoración del caos. Los astartes de armadura azul verdoso, habían mostrado el poder que le esperaba si luchaba en contra del falso emperador, y el y los suyos habían materializado el más puro acto de rebeldía al romper sus votos. Disfrutó cuando su regimiento había vertido la sangre imperial de los ciegos guardias leales incapaces de ver que adoraban a un emperador cadáver. El había estado presente cuando lanzaron los bombardeos masivos sobre las dos lunas gemelas que orbitaban alrededor de la luna principal de Hydra Minor, y durante todos estos meses de guerra había sido testigo de las bendiciones de los verdaderos dioses. Su propio hermano y compañero de armas había recibido regalos físicos, y su brazo acababa en una protuberancia ósea, sin duda su hermano había vertido la sangre de inocentes, había vertido la sangre de los pocos guardias imperiales de los volstroyanos de Urantis que se negaron a traicionar al imperio. La purga dentro de su regimiento fue rápida. La corrupción llevaba tiempo arragaida, extendiéndose y pudriendo la cúpula de mando de la que el formaba parte. La anterior cúpula de mando había sido silenciada mucho antes de llegar al sistema, y gracias a eso, el había ocupado un puesto como oficial, aumentando su estatus dentro del cambio creciente en los Volstroyanos de Urantis. Sólo unos pocos guardias imperiales de remplazos recientes se habían negado a la corrupción y la purga se realizó con una violencia de terrible magnitud. Los sacrificios sobre la luna de Hydra Minor en honor al panteón fueron la llave para poder ser testigo del poder palpable de las deidades del inmaterium y su hermano al igual que otros obtuvieron sus recompensas. El mismo había sentido la caricia de los verdaderos dioses y aunque al principio sintió temor ya que había visto a Carnak convertirse en una abotargado engendró debido a las mutaciones inconcebibles, después agradeció la aparición de su tercer ojo y gozó del derramamiento de sangre. Pero eso era antes, cuando las fuerzas del caos tenían la voz cantante y el fruto de la traición furtiva les había dado una situación de ventaja en Hydra Minor. Eso era antes, cuando todavía tenía tiempo de deleitarse en la profanación y el sacrificio. Eso era antes, cuando aún sentía la llamada de los dioses. Antes, ....antes de que los ángeles de negro llegaran. Antes de la llegada de los ángeles oscuros.
El ruido de unas pesadas botas acercándose en la oscuridad más absoluta, lo alertó. Heinzber abrió los ojos. Sus tres ojos escrudiñaron en la oscuridad, pero fue en vano. Al rato, una luz cegadora invadió la celda cuando la pesada puerta de ferrocemento se abrió hacia un lado absorbida por la pared de roca. Una figura enorme, ataviada con una servoarmadura negra oculta tras una gruesa túnica de color hueso se fue haciendo visible ante el, a medida que sus tres ojos se acostumbraban a la repentina luz de la celda. La puerta volvió a cerrarse herméticamente tras el recién aparecido astartes, la oscuridad recién restablecida en la sala duró poco. El enorme marine espacial encendió dos candelabros que despedían asfixiantes esencias de incienso y óleos. Gruesas neblinas verdosas ascendían desde los candelabros de cobre y hierro, y se esparcían sobre el techo de la cavernosa sala, creando un efecto claustrofóbico.
Heinzber sentía miedo , la sensación de poder que le había embriagado durante el trascurso de esta guerra no existía. Hubiera combatido contra cualquier enemigo. Habría llevado la guerra a cualquier soldado imperial, y se habría enfrentado sin ningún temor incluso a los marines espaciales. Los astartes de la legión alfa les habían dicho que no temieran, que los dioses eran poderosas deidades, y que nunca podrían ser derrotados al amparo de tales entes. Pero ahora la sensación de un terror incontrolable le invadía. No era un terror exacerbado , no era el típico terror que le haría salir corriendo presa de una locura irracional. Era un terror que le provocaba parálisis, sentía la rigidez de la espalda y la tensión, el sudor le caía a chorros por la frente y le empapaba las manos. Sintió los gritos que llevaba oyendo en las celdas contiguas como si aún estuvieran presentes martilleando su mente aunque hacia tiempo que se extinguieron.
Observó perplejo la terrible figura ante el. Si la imagen que siempre se había formado de los astartes leales era la de héroes majestuosos sacados de historias de nobleza y heroísmo, esta imagen le cambio su percepción. Ante el se encontraba la viva imagen de la venganza más maligna imaginable. Una calavera rígida en un rictus mortuorio de odio le devolvía la mirada a través de dos lentes incandescentes de energía carmesí, dos gruesos tubos barrocos salían de ambas partes de la mandíbula de la calavera y se internaban en el interior de la gorguera sobredimensionada. Una túnica entreabierta dejaba ver un peto enorme,  de puro oro y cobalto era el relieve del pectoral de la armadura donde una espada alada atravesaba un cráneo. Unas enormes hombreras bordeadas de remaches , una de ellas con la espada alada y la otra con una calavera dotaban al inmenso marine espacial de un aspecto aún más terrible. Un cordón monacal purpura anudaba la túnica en la cintura donde un enorme cuchillo ritual engalanaba el aspecto del guerrero de forma caballeresca. En una greba de la pernera descansaba una enorme maza de energía  con forma de ángel alado y destacando sobre todo el aspecto amenazador del marine colgaba una cuerda de cuero al cuello con cuatro perlas negras de brillo irritante a la vista.
El marine colocó un enorme bloque de piedra sin ningún tipo de esfuerzo delante de Heinzber y se sentó delante de el, prácticamente a la distancia de un susurro.
Heinzber sintió como su tercer ojo se cerraba, incapaz de enfocar su mirada sobre la inquisitiva figura de su visitante.

- Soy el capellán interrogador Elias, confesor y administrador de la redención del capítulo de los Angeles Oscuros, dime tu nombre hereje.
La voz metálica fruto de las salidas de las vocorejillas reverbero en la celda.
Heinzber titubeó incapaz de articular palabra debido al nudo en la garganta y a la sequedad en la boca. Al final tuvo que escupir las palabras como pudo debido a la perturbadora mirada del casco cadavérico de su interlocutor.
 
-Soy Heinzber teniente de la vigésimo primera compañía de los volstroyanos de Urantis.
El capellán permaneció impasible durante unos segundos que a Heinzber le resultaron una eternidad, finalmente con un chasquido y un movimiento suave se quitó el casco, y se colocó una capucha antes de elevar la cabeza para volver a clavar la mirada en el traidor. Heinzber no podía distinguir bien el rostro del capellán, la túnica sólo permitía ver las facciones de la boca y el mentón y una tenue luz rojiza que salía del interior de la capucha le sugirió que el interrogador estaba dotado con algún tipo de lente augmética. El capellán se apoyo sobre si mismo acortando la distancia que lo separaba de Heinzber y comenzó a hablar de nuevo con una suavidad inquietante. 
- Bien Heinzber, ahora que ya nos conocemos empieza a contarme lo que sabes que preciso saber, y no omitas ningún detalle.

Heinzber inspeccionó sus recuerdos, había estado en defensiva cuando las cápsulas de desembarco de color verde oscuro atravesaron la atmósfera y se estrellaron sobre sus líneas, había visto a los ángeles oscuros destrozar las posiciones de sus hermanos de armas, y arrasar con una violencia terrible a los corsarios rojos que les contraatacaron , también había estado presente cuando se les dio la orden a él y sus hombres de volar la fortaleza para evitar que los secretos allí presentes cayeran en manos de los ángeles oscuros. Pero eso había sido hacía dos semanas, y sin duda la pregunta venía enfocada al porque de lo extraño de sus movimientos. Su regimiento o lo que quedaba de el se había replegado hacia el sur, las tropas de la guardia de la muerte al noroeste del planeta habían infligido un golpe terrible a los ultramarines y se habían desplegado controlando los restos de la principal ciudad planetaria, no habían recibido noticias de los corsarios rojos, ni de la legión alfa, por lo que los volstroyanos de Urantis supervivientes se habían agrupado juntos preparados para partir al amparo de la guardia de la muerte, pero no pudo ser así. La larguísima y colosal columna de vehículos infantería y adoradores había sido acosada incesantemente por motoristas y unidades de exploración de los ángeles oscuros, las bajas eran diarias, y la sensación de estar observado había minado la voluntad de los rebeldes. Muchos habían intentado huir pero eran ajusticiados por sus propios compañeros, otros huían para caer presas de las patrullas de reconocimiento del ala de cuervo que les cercaban, y sólo los más fanáticos seguían renovando sus oraciones a los dioses y sacrificando a sus propios camaradas bien por justificar que no adoraban a los dioses o acusándolos de traición al panteón. Logias de distintos cultos se asesinaban durante la larga marcha hacia el encuentro con la Guardia de la muerte y parecía que el fin de los volstroyanos había llegado. Entonces fue cuando "los otros ángeles" llegaron a ellos y todo cambio. El arduo desplazamiento hacia el noroeste fue variado y el regimiento se dirigió hacia el sur de nuevo, ese cambio en el patrón de avance, y la ocupación de unas fortalezas obsoletas y abandonadas desde antes de la guerra de Cordatus había sido orquestado por otros intereses. Y eso era lo que el capellán quería sacar en clave. 
- ¿te refieres a la ocupación de las fortalezas olvidadas?  
- Me refiero a como averiguasteis de su existencia, y porque razón esas fortalezas olvidadas se encontraban completamente funcionales, si no rastreamos ninguna señal al sur.
El capellán se acercó aún más de forma inquisitiva. 
- Esas fortalezas eran el objetivo de los volstroyanos, nosotros debíamos ocupar a toda costa esas fortalezas y retrasaros el tiempo suficiente.
Heinzber sintió una valentía renovada mientras hablaba con el capellán, su tercer ojo se abrió.

El capellán y Heinzber permanecieron en silencio. Después el capellán volvió a hablar. Su voz se volvió tensa. 
- Alguien os informó de la existencia de ese lugar, alguien del que me gustaría saber la identidad , tengo mucho interés en que me rebeles ese detalle. 
- Simplemente fueron órdenes, como siempre , hay fuerzas muy poderosas en juego, nosotros sólo somos peones , simple carnaza en un universo que toca a su fin, somos el fruto de la desesperación de una humanidad que se acaba y que debe abrazar la caricia de los dioses del caos. 
- Vosotros sólo sois traidores, sois herejes, el síndrome del fracaso de la humanidad materializado en el cáncer viviente que la pudre. Sólo eso.

Heinzber se sentía desafiante, se había acostumbrado a la presencia del capellán y el más puro sentimiento de rebeldía previa a una muerte a la que no temía le embriagaba y le incitaba a aumentar su insolencia.

- Capellán no sois nada, no tenéis ni la más remota idea de lo que os va a pasar a todos los presentes en este sistema, nosotros lo hemos visto y por eso supimos que era un error servir al falso emperador, sólo hay unos dioses verdaderos. 
 - Vosotros sólo sois ratas, simples despojos. 
La voz de Elias se tornaba lúgubre ahora mientras la mayor repugnancia que sentía  hacia el guardia renegado impregnaba toda la celda. 
 - Si vas a matarme hazlo ya, porque no hay mucho más que decir.
Heinzber soltó esta palabras mientras cambiaba su pose a una resignación chulesca. 
 - No voy a matarte, no aún , antes necesitó más información , donde están los informantes sobre el lugar en el que fuisteis cazados.

Heinzber comenzó a recordar.
Las instalaciones a donde les habían enviado los otros ángeles estaban plenamente operativas, era como si alguien ya llevará tiempo atendiendo su mantenimiento y disposición para el combate, todos los sistemas eran funcionales y en el interior del puesto de mando habían datos de todas las unidades leales presentes en el sistema y en especial del seguimiento del despliegue de los ángeles oscuros, datos de efectivos, condiciones de abastecimientos, operativos en ruta, situación de su flota y un largo etcetera. Fuese lo que fuese que intentarán averiguar sobre la presencia del capítulo en el sistema, quien quiera que lo hubiese hecho, había hecho bien su trabajo. Después llegó el ataque masivo del ala del cuervo , los motoristas y unidades gravíticas habían logrado infiltrarse sin ser vistos hasta echarse prácticamente encima. Heinzber dejó de pensar y divagar y se centro en responder al capellán. 
 - Los informantes eran marines espaciales renegados del falso emperador, como tantos hay en este sistema.
Heinzber noto como le ardía su tercer ojo que permanecía abierto de par en par incluso en contra de su voluntad. 
 - Se reconocer la mentira. Normalmente no interrogó a nadie si no es buscando el arrepentimiento del interrogado. En este caso sólo necesitó saber unos cuantos detalles, así que ni tenses la cuerda, traidor. Puedo administrarte una muerte rápida como al resto de tus compañeros o hacer que vivas el mayor infierno que jamás hayas imaginado.

Heinzber estalló en carcajadas mientras un cosquilleo se expandía de su tercer ojo por todo el interior de su cerebro. 
- Vamos capellán , de verdad crees que puedes hacer que....

El enorme guantelete blindado agarró el antebrazo del renegado y con una fuerza sobrehumana ejerció una presión al cerrarse que destrozó la carne y astillo el hueso, con un giro violento, arrancó el brazo del prisionero a la altura del codo, desgarrando tendones y fibras y creando una catarata de sangre que manchó todo el suelo de la celda. El prisionero aulló de dolor y pura agonía mientras se retorcía en su banca intentando agarrarse el muñón en vano con la otra mano que estaba sujeta por un enorme grillete de acero, y pataleaba frenéticamente el charco de su propia sangre que estaba a sus pies. 
- Vas a contarme lo que quiero saber, o pretendes provocar otro arranque de ímpetu por mi parte pequeño traidor.
La voz del capellán volvía a sonar suave, incluso conciliadora.

Heinzber estaba sudando, y mareándose, le costaba ver con claridad la figura borrosa que tenía ante el, la cabeza le ardía en su interior, comenzó a sentir como las fuerzas le fallaban, pero sabía que la recompensa al otro lado sería inmensa tenía que mantener su silencio al respecto.. La existencia de los otros ángeles no debía ser rebelada , no aún, tenía que aguantar.

Con una voz jadeante y entrecortada comenzó a hablarle a su interrogador. 
- ¿Que es exactamente lo que quieres saber?, saberlo no cambia las cosas. Este mundo no os pertenece. 
 - Dime quien os envió a las fortalezas olvidadas , por que cuando descendimos al interior de las salas centrales de la fortaleza todos los datos y holoarchivos habían sido purgados, quien hay detrás de todo esto. 
 - ¿Acaso saberlo cambiará las cosas? ¿Cambiara las cosas para mi o mis hombres? No. No lo hará, todo esta llegando a su fin. Os acercáis hacia vuestro final.

Un dolor terrible recorrió la pierna del traidor cuando la enorme bota del capellán comenzó a aplastar suavemente el pie descalzo del prisionero, sintió como las uñas se quebraban y los huesos de desencajaban a medida que la presión trituraba la carne contra la roca fría del suelo. 
 - ¿Pudiste ver en algún momento a aquellos que variaron vuestras órdenes y os dirigieron hacía las fortalezas olvidadas?
La voz del capellán volvía a estar cargada de tensión y resolución.
- ¡Ya te he dicho que acabes conmigo!

Un crujido dantesco seguido de un agónico chillido inundó toda la celda cavernosa. El capellán retiró su bota, y Heinzber pudo ver la ruina sanguinolenta en la que se había convertido su pierna. El capellán había pisado el pie destrozándolo completamente y después propinó un punterazo quebrando la tibia de Heinzber y dejando la pierna del revés con el hueso visible a través del gemelo. 
 -¡¡Maldito loco hijo de perra!!
La voz de Heinzber anunciaba que se encontraba frustrado y extenuado hasta la saciedad.

Elias sonrió y se acercó prácticamente hasta susurrarle en la oreja. 
- He de confesar que me estoy divirtiendo bastante, nunca había tenido un compañero de celda tan adorable y divertido, creó que hemos hecho una bonita amistad Heinzber de los volstroyanos. 
 - ¡Maldito bastardo! ¡Oohhh dioses!!!
El tercer ojo de Heinzber miraba en todas direcciones de forma frenética mientras sangraba. 
- Tus dioses no están aquí, querido amigo. Sólo estamos tu y yo. Dime lo que quiero saber, termina con esto, acaba con el sufrimiento.

Heinzber no habló, pero si pensó en lo que quería saber el capellán,
Elias quería saber quienes eran los otros ángeles , quería saber si el los había visto, y si los había visto, fue durante una reunión del alto mando, cuando el coronel y varios comandantes del regimiento habían recibido una lanzadera durante su estancia en la luna orbital. Los otros ángeles fueron los que coordinaron con la legión alfa que su regimiento disparara las baterías orbitales a las lunas restantes, los otros ángeles fueron los que dieron la orden de volar la fortaleza que los ángeles oscuros pretendían ocupar tras su desembarco en cápsulas dejándolos expuestos,  y también fueron quienes enviaron a su regimiento al sur para atraer y evitar que el ala de cuervo pudiera concentrarse junto a la tercera compañía y los ultramarines para atacar a la guardia de la muerte.
Heinzber hacia memoria por recordar el aspecto de los otros ángeles pero le costaba, notaba como manos invisibles removían en su pensamiento y la actividad frenética de su tercer ojo le intentando evitar que pensase. 
Finalmente se dibujo en su mente la imagen nítida de los otros ángeles. Tres enormes astartes, dos de ellos flanqueaban el avance de un astartes algo más pequeño. Uno de ellos portaba un yelmo alado, otro un casco de algún diseño arcaico de servoarmadura.  Los tres estaban embutidos en armaduras de color negro azabache, los dos más corpulentos llevaban una librea desgastada donde se intuía una espada alada de color rojo. Los tres ocultaban su armadura bajo unas pesadas túnicas blancas muy deterioradas por el tiempo. El astartes del centro a pesar de que sólo lo vio unos segundos, le impacto. Era el menos corpulento de los tres, pero emanaba una autoridad absoluta. Oculto bajo una capucha, sólo la sonrisa y una densa melena de pelo grisáceo atravesaban la oscuridad que ocultaba su rostro, el peto de la servoarmadura portaba crucificado un esqueleto y al cinto, dos pistolas finamente labradas las acompañaba una enorme espada en su vaina que pendía de una cadena. A pesar de recordar todo Heinzber no habló. 
- Te estas muriendo traidor.

La voz del capellán cargaba un odio y un desprecio absolutos.

- Si, y conmigo muere mi conocimiento.

La voz de Heinzber era decrépita.
Su tercer ojo se había consumido y la sangre oscura le caía pegajosamente por el rostro. 
- No, es del todo correcto, Heinzber.

La voz que habló no la había escuchado antes Heinzber. De una esquina repleta de sombras apareció la figura de un astartes con una armadura azul, oculta por una túnica verde, el rostro del bibliotecario cubierto parcialmente por una venda del mismo tono oscuro que la noche.

- Todos tus pensamientos han sido nítidos para ver. Nos has sido de gran ayuda, Te he mantenido vivo para dar tiempo a tus pensamientos a organizarse, la entidad que anidaba en tu interior no quería dejarme mirar más adentro de ti. 
El bibliotecario Manuel sonrió.
- Ahora ya no eres necesario.
 Extendiendo la palma de la mano hacia el caído, la celda bajo de temperatura drásticamente debido al empleo de la interromancia, Heinzber comenzó a convulsionar mientras sangre salía a borbotones de sus orificios y las venas y capilares del cuelo y las sienes colapsaron creando enormes derrames internos, las cuencas de sus ojos se desparramaron cuando los globos oculares se deshicieron en gelatina y fluidos iriscentes y el renegado cayó muerto, sujeto únicamente por la mano que le quedaba encadenada a un grillete de la pared cuando el parásito mental le destrozó el cerebro.

 - Estas completamente seguro de eso.

Sar Azazel no daba crédito a la información que sus hermanos le estaban rebelando. 
 - Si mi señor. Los caídos están aquí, la distracción hacia las fortalezas olvidadas por parte de los volstroyanos fueron instigadas por Cypher sin lugar a dudas.
La voz y el gesto del bibliotecario Manuel estaban cargados de preocupación y odio a partes iguales. Elias permanecía detrás del bibliotecario. 
 - De no ser por la magnífica maniobra de Samael el ala de cuervo podría estar aún retenida al sur en un asedio prolongado, así que en eso los planes del enemigo han salido mal.
Azazel hablaba mientras miraba a la nada evaluando y meditando los acontecimientos.

El capellán Elias habló con un tono resoluto.
 - No podemos estar seguros de la verdadera intención de los caídos, 
y seguimos sin enlace con la superficie.
 -Si, no podemos advertir a la Roca de nuestro hallazgo aquí, el supremo gran maestre se encuentra luchando en la órbita , y tampoco tenemos noticias de Hydra cordatus.
Azazel siguió con la mirada pensativa. El resto permanecieron en silencio. Azazel elevó la cara y clavo la mirada en ambos astartes.
 - A pesar del aislamiento, hemos montado varias bases de operaciones, hemos cazado a los enemigos del emperador, y realizado una serie movimientos audaces. Nuestros hermanos ultramarines se preparan para descabezar a la serpiente que anida en Hydra Minor junto a nosotros. Confió en que la Roca y el grueso de nuestra flota levante el bloqueo, pero sobre todo confió en nuestra habilidad para seguir haciendo bien las cosas.

Azazel con un gesto dio por finalizada la reunión. El capellán y el bibliotecario pertenecientes a su compañía salieron de la sala de operaciones.

Una voz quebrada surgió detrás de el.
 - ¿Confías al cien por cien en que la serpiente será descabezada aquí? 

Un astartes con una armadura negra con el símbolo de una garra alada portando una espada, que llevaba una túnica y una capa rojo granate, permanecía de pie iluminado por la luz de varias pantallas holográficas.
 - Confió en que el emperador y el primarca guíen nuestros actos.
Respondió Azazel con convicción.
 - Pues confía, porque la confianza da la convicción, y la necesitaremos.
La presencia de Samael era reconfortante.

El señor de la tercera compañía se acercó a Samael y posó una mano sobre su hombrera con el símbolo del ala de cuervo. 
 - Si hermano. La necesitaremos."




Los Ángeles Oscuros habían acabado con la presencia de la guardia traidora en la superficie de Hydra Minor. Los constantes ataques de hostigamiento del ala de cuervo habían permitido drenar el espíritu de lucha de los renegados que sin el amparo de los corsarios rojos, ni de la legión alfa, habían comenzado su irrefrenable camino hacia el declive. 
Un inesperado giro en la ruta de avance de los corruptos soldados, les llevo a ocupar unas fortalezas olvidadas anteriores a la guerra. El ala de cuervo dirigido por el mismísimo Samael en persona, había cercado en masa los muros de la fortaleza, y atacando al amparo de la noche consiguió destrozar los muros de ferrocemento y escudos de vacío que protegían los poderosos enclaves con una alta potencia de fuego de armamento pesado y fusión.
Samael pronto comprendió que el plan original del enemigo era estancar a los ángeles oscuros en un prolongado asedio de desgaste. Aunque el señor de la segunda compañía había frustrado los planes de los volstroyanos de Urantis, lo que descubrieron cuando accedieron al interior de la fortaleza le dejó perplejo. Las enormes holopantallas y sistemas de encriptación se estaban reseteando y depurando archivos, aunque algunos planos con las localizaciones de los ángeles oscuros en el planeta, así como las rutas por donde la flota que combatía alejada de órbita intentaba enviar suministros y refuerzos, si fueron hallados por el ala de cuervo.
En la improvisada caverna fortaleza de los ángeles oscuros excavada por los tecnoadeptos que habían logrado descender en el primer grupo de descenso y soporte antes de que la flota fuera empujada de la estratosfera por la guardia de la muerte, ingresaron una decena de prisioneros supervivientes de los volstroyanos. Las celdas emitieron agónicos gritos de dolor durante días. Al final los ángeles oscuros habían conseguido lo que querían. La información de que los caídos dirigidos por Chyper en persona, habían orquestado bastantes de las infamias de esta guerra.
Ya no quedaban fuerzas de guardia traidora, solo grupos de unos pocos aislados que se ocultaban en el terreno y que serían cazados por Samael y su compañía.
Sar Azazel señor de la tercera compañía, no podía comunicarse con la Roca para informar de los nuevos secretos desvelados mientras permaneciera el bloqueo, pero si podía asegurarse de que el secreto no fuera conocido.
El y su tercera compañía "la inmisericorde", junto a todos los ultramarines presentes en el planeta se encargarían de dar el golpe final a los siervos del caos de las legiones traidoras que continuaban luchando en Minor,  y Samael podría mientras, sin preocuparse de los ojos ajenos de Macragge que pudieran poner su atención sobre los asuntos secretos de los no perdonados, encargarse de rastrear la pista de Cypher y los caídos. La victoria en Hydra Minor estaba al alcance.

martes, 20 de octubre de 2015

CAPITULO 3.4 EL YUNQUE DEL EMPERADOR

"La noche era cerrada. Aquella oscuridad asfixiante sólo era quebrada por la luz de diminutas fogatas que aderezaban el campo de batalla allá donde seguían ardiendo los restos de algún tanque destruido. En mitad de la penumbra los guardias imperiales del séptimo regimiento de kaurava, avanzaban lentamente entre los cráteres de la tierra de nadie, en completo silencio, hacia las posiciones defensivas de los soldados traidores. La guardia imperial había iniciado un contraataque a gran escala para aliviar la presión del cerco caótico sobre los aledaños de la capital planetaria, y en las últimas horas había recortado suficiente terreno de forma furtiva para que el asalto pillaria por sorpresa a los renegados en diversos puntos críticos del bloqueo. El alto mando imperial había sustituido la típica preparación artillera en pos de la sorpresa e iniciativa y también para racionar el precario número de municiones de que disponían, aún así no escatimó en hombres.
Para cuando la claridad comenzaba a manifestarse en el campo de batalla, un aluvión de proyectiles de misiles hellstrike y baterías manticora se estrellaron a lo largo de las posiciones y baluartes de los renegados, el intercambio de fuego no tardó en producirse y con un grito de batalla los miles de soldados imperiales saltaron de los cientos de cráteres y coberturas sobre el cerco de soldados traidores, descargas de fuego láser y proyectiles bolter pesados en ambas direcciones hacían  saltar por los aires a los asaltantes e impactaban en las defensas de ferrocemento y escudos de vacío. Una densa columna de humo anunció la llegada de los tanques de batalla leman russ que mantenían su ritmo de avance mientras disparaban descargas de plasma y enormes proyectiles que se estrellaban contra las murallas de las fortalezas caóticas. 
Los transportes chimera bajaban sus rampas y escuadras completas de guardias imperiales salían a la carrera en dirección a las murallas de ferrocemento mientras las torretas de los chimeras cubrían a las tropas disparando descargas de multilaser sobre las cabezas de los soldados imperiales.
Los soldados traidores y milicianos renegados disparaban frenéticamente sobre la marea de asaltantes abriendo enormes surcos en el avance allá donde una explosión volatilizaba los cuerpos o las ráfagas metódicas de cañones automaticos destrozaban el blindaje de los transportes imperiales que traían más y más tropas a la línea de frente.
El avance imperial estaba teniendo un coste terrible pero más y más leman russ consiguieron llegar a las primeras líneas defensivas al tiempo que los soldados imperiales salían de los parapetos y renovaban el asalto con fuerzas restablecidas y ardiente determinación. 
Una línea de vehículos de contraataque de los milicianos renegados salió de un ensanche en el flanco de la estructura y comenzó a destrozar las líneas imperiales desde la desenfilada.
El ataque imperial empezó a quebrarse, las comunicaciones se saturaron de informes de pelotones desechos por el número de bajas y de varios soldados que se replegaban ante el contraataque enemigo,  cuando las unidades blindadas del caos comenzaron a avanzar recuperando el terreno perdido, una terrible descarga de plasma concentrado, proyectiles explosivos de batalla y fuego de ametralladoras punisher, anunció la llegada de los tanques del noble comandante Pask.
- Al habla Pask...- el sonido del altavoz de comunicaciones instalado en el habitáculo del enorme carro de combate reverbero guturalmente a pesar del ensordecedor sonido de la batalla.
- ¡¡No se retiren!! ¡¡Mantengan la linea!!- los guardias imperiales que retrocedían se detuvieron, se agruparon en torno a los enfervorecidos predicadores que entonaban plegarias y volvieron a reanudar el avance hacia las líneas de defensa traidoras bajo el fuego de las armas emplazadas y las miles de descargas de energía láser. Los tanques de Pask se encontraban a apenas 400 metros de las primeras murallas de ferrocemento recibiendo una descarga tras otra de fuego antitanque y de armas pesadas, los tanques destruidos se detenían envueltos en llamas y cortinas de humo, mientras sus tripulaciones intentaban escapar por las escotillas, pero el grueso de la formación del noble comandante siguió avanzando abriendo fuego hasta que..... Una colosal explosión a la derecha de la formación seguida de otra y de otra más, anunció el empleo de armamento termal, un aberrante caballero imperial, cubierto de lascivas runas y colores chillones que dañaban la vista avanzaba a enormes zancadas  en dirección a los leman russ, abriendo fuego con su cañón termal y pisoteando a cuantos desgraciados se cruzaban en su avance. Para empeorar aún más las cosas una andanada de destellos negros subió en dirección al cielo desde la parte posterior de las almenas traidoras para después caer en vertical sobre la línea de avance imperial. Enormes esferas de energía negra absorbían la materia cercana y el pánico volvió a extenderse por las líneas imperiales. El asalto estaba en su momento más cruel, los guardias imperiales que había conseguido llegar a la base de los muros estaban colocando cargas de fusión mientras desde arriba les disparaban los soldados de la milicia traidora, el intercambio de fuego era violento a niveles extremos.
 Una portilla se abrió y una docena de enloquecidos renegados se abalanzó al asalto sobre la escuadra del sargento Carras, o lo que quedaba de ella, el sargento Carras empuñó su espada sierra y describiendo un arco descendente partió el bate con púas que el primer miliciano uso para bloquear el golpe, después la sierra se incrusto en la clavícula del rebelde triturando la carne hasta salir por el costado.
- soldado Banner continúe con esas cargas, yo me encargo- otro par de milicianos se abalanzaron sobre Carras uno portaba un rifle con la bayoneta en ristre, Carras se echó a un lado y golpeó con el pomo de su pistola láser en la cabeza repleta de cicatrices y escritos del miliciano que trastabilló cayéndose al suelo por pura inercia, el segundo miliciano, golpeó a Carras con una cadena atornillada a el cañón de un multilaser que portaba a dos manos. La cadena se enrrollo en sus piernas derribando al sargento, con un pisotón el miliciano atrapó el brazo que empuñaba la espada sierra del sargento, y alzó la cadena por encima de la cabeza para dar el golpe final, el sargento apuntó con la pistola láser desde el suelo, y un haz de energía desintegró el rostro del miliciano haciéndole caer de espaldas completamente muerto. El sargento se levantó al tiempo que una descarga láser le impactaba en el chaleco antifrag, volandole la hombrera derecha y haciéndole un enorme quemazón en el hombro , otro grupo de asaltantes corrió en dirección al sargento, el sargento disparo tres andanadas de su pistola láser a bocajarro antes de que la célula de energía se extinguiese, sujetando con firmeza la espada sierra se volvió a abalanzar sobre los renegados, pero primero una bayoneta, después otra y otra más se clavaron en su vientre, después un bate con alambrada le destrozó la cabeza.
El enorme caballero imperial, de la casa Tamyr, estaba repleto de daños , el paladín se encontraba exhausto y al borde del fin, pero con un esfuerzo titánico había recorrido el campo de batalla en busca del caballero enemigo renegado ante las peticiones de Pask, la visión que se encontraba ante el era alentadora en todo su apocalíptico esplendor, cientos de miles de guardias imperiales avanzaban hacia una muralla colosal hasta donde llegaba la vista, cientos de vehículos destruidos permanecían en llamas mientras otros cientos avanzaban sobre el lodazal formado por la intensidad del bombardeo artillero, la estela de los misiles de uno y otro ejército surcaban los cielos provocando un humo anaranjado por la filtración del sol del amanecer a través de las estelas, pero lo más terrible era la cantidad de vórtices de antimateria que se desplazaban de forma aleatoria por entre los hombres y vehículos engullendo todo a su paso. En mitad de ese panorama terrible, un corrompido caballero de color fucsia y extravagantes adornos barrocos de formas lascivas estaba orquestando una masacre colosal. En su brazo derecho empuñaba un enorme cañón termal, que disparaba continuamente a cualquier objetivo que se le pusiera al alcance, en su brazo izquierdo montaba un enorme puño de crepitantes energías y sobre los hombros dos látigos chasqueantes partían en dos el escuadrón de tanques de batalla que lo cercaba intentando en vano atravesar sus escudos.
Augus Prest de la casa Tamyr comenzó a avanzar a la carrera hacia aquel endiablado enemigo, ignorando los indicadores de que carecía de escudos y del nivel crítico de los sistema de la arcana montura de combate. Respondiendo al desafio el caballero renegado se colocó en posición de guardia, alzó el cañón termal y disparo un chorro de energía de fusión sobre el Paladín , Augus Prest siguió avanzando pero rotando su cintura, el impacto del cañón termal se estrelló en el cañón de batalla que llevaba el propio Augus y una sensación sensorial terrible inundó su sistema nervioso cuando el brazo derecho que portaba el cañón de batalla salto en pedazos acompañado de la hombrera del armazón, Augus continuó corriendo a pesar de que la electricidad recorría la zona de metal amputado y los aceites de los engranajes corrían densamente en su hombro mecánico. El aberrante caballero renegado lanzó esta vez sus látigos mientras el paladín continuaba su placaje a la carrera, los dos zarcillos eléctricos chasquearon cuando se incrustaron en el caparazón y partieron las gruesas capas de blindaje del paladín , enviando descargas de energías que destrozaban las terminaciones nerviosas de Augus, pero Augus siguió a la carrera, a pesar de no tener escudos, a pesar de los indicadores sensoriales de que todo esto se acababa, a pesar de haber perdido el brazo, y a pesar de que el puño del caballero enemigo se alzó como ultimo intento de detenerle.
El impacto fue brutal, ochenta y cinco toneladas de metal y adamantino reforzado se estrellaron a la carrera contra el caballero enemigo , destrozando ambos caballeros y saltando enormes trozos en todas direcciones, el caballero del caos cayó dando vueltas de campana sobre si mismo durante setenta metros, los daños en el caballero del caos eran evidentes, el puño con el había intentado detener el placaje estaba destrozado, y su armazón cubiertos de daños,  el paladín había rodado también hasta caer practicamente sobre el caballero renegado pero sin duda la peor parte se la llevó el paladín , una ruina decrépita de armazón destrozado, cables que escupían fluidos y aceites, y descargas eléctricas en donde había perdido su miembro y parte del armazón superior eran acompañados del chasquido de las articulaciones hidráulicas cuando intentaba ponerse en pie. El caballero renegado también intentaba levantarse, pero no tenía el brazo del puño y una pierna mecánica había quedado dislocada y salida del anclaje, con un chirrido triunfante un destrozado paladín imperial consiguió erguirse sobre su enemigo , alzó su enorme espada dentada y con un sonido brutal la inserto en la cabina del enemigo abatido y triunfante se desplomó sobre el. Al tiempo que una explosión cegadora y enorme los envolvió a ambos. Augus Prest, caballero Paladín de la casa Tamyr sonrió en sus últimos instantes lleno de orgullo.

Los tanques de batalla leman russ supervivientes rebasaron las defensas exteriores. Las cargas de demolición y fusión habían conseguido abrir los surcos en la muralla por donde las constantes oleadas de guardias de kaurava habían logrado penetrar. Los sangrientos combates cuerpo a cuerpo en las trincheras, pasarelas y tuneles se habían sucedido durante todo el día en medio del caos y la desorganización más absoluta. Sólo al final del día y aún coste altísimo en vidas, la contraofensiva ideada por Yarrick había finalizado con éxito. Las fuerzas leales habían conseguido levantar el cerco en el frente sur , sureste del avance del caos y expandir el perímetro en unos trescientos kilómetros de terreno arrebatado a las fuerzas del caos, el coste había sido alto pero la amenaza de las posiciones de macrocañones y misiles vórtice que asediaban la capital había sido erradicada en ese sector del frente y las bajas en los regimientos de traidores y rebeldes habían sido bastante más altas que las leales cuando el repliegue renegado degeneró en una desbandada desorganizada. Sólo un contraataque aéreo terrible de vendettas, valkirrias y raptors de las fuerzas del caos había obligado a los imperiales a detenerse y consolidar el terreno. En esa acción el noble comandante Pask que coordinaba el apoyo de fuego de su escuadrón de tanques de batalla fue herido al alcanzar su tanque de mando una descarga de cañones láser. A pesar de que la batalla bautizada como "la batalla de los campos de vacío" a supuesto una importante victoria para la moral imperial, el saliente en el que se encuentran las posiciones del sureste, hace indispensable que las líneas ultramarines de los flancos no se derrumben y consigan al mismo tiempo levantar el cerco en la zona norte noroeste, si no el plan trazado por Yarrick y aprobado por el mismísimo Calgar podría convertirse en un terrible desastre, ya que las posiciones que los ultramarines deben tomar se encuentran ocupadas por hordas demoníacas y cultos berserker, y los ultramarines se encuentran desplegados entre dos mundos y haciendo frente a una cantidad de bajas terrible con un estoicismo legendario."

domingo, 4 de octubre de 2015

CAPITULO 3.3 SANGRE PARA EL DIOS DE LA SANGRE

"Arba'grax devorador de almas de la tercera hueste exaltada y señor del culto "la ira" había planificado durante 8 meses su ofrenda del planeta imperial conocido como Hydra Cordatus para su amo Khorne. El sacrificio de 8888  cultistas había adelgazado la pared que separa la disformidad y el mundo material lo suficiente como para que las legiones demoniacas cruzasen el velo. Las huestes mortales de la ira que estaban atados a medios materiales de viaje tendrían que perderse su entrada triunfal en la realidad. El cielo se volvió rojo, empezó a llover sangre, una niebla roja cubrió todo el planeta haciendo que sus habitantes se matasen unos a otros presos de la ira, madres matando a sus hijos nonatos, maridos asesinando esposas... Khorne estaría complacido.
Cassius observaba desde las posiciones preparadas de la ciudad en ruinas donde su fuerza de combate había aterrizado como extraños fenómenos estaban teniendo lugar. Estaba lloviendo literalmente sangre y la población se había matado entre sí, dejando ruinas,incendios y caos a su paso. Su información databa de fuerzas de combate traidoras y se habían dedicado a planificar una serie de contramedidas urbanas en caso de ataque. Con un rugido de pesadilla y el sonido de cuernos de guerra se anunció la llegada del enemigo, los auspex de largo alcance no habían detectado nada y sin embargo miles de señales estaban apareciendo frente a sus posiciones a cada instante. 
-sargento dame una teoría.
- señor parece que el enemigo se ha teletransportado desde órbita eludiendo nuestras defensas.
Cassius recordó con su memoria eidética extraños sucesos que habían llevado a un mundo al exterminatus  años atrás.
- sargento Garbiel ordene este práctico, de la orden de ocupar los puestos de combate y que desplieguen cápsulas lanzamisiles en las zonas clave.
El sargento dio la orden por el vox.
- señor es otro simulacro?
- mucho me temo que no.
Una explosión lejana ilumino la fachada de varios edificios y varios gritos inundaron el vox. 
- contacto... Crshhh..esto..crshh no puede.... Crshh posible.  Solicita..crshhh ...refuerzos. 
Cassius vio que los iconos de escuadra que representaban las escuadras emplazadas en el flanco izquierdo estaban desapareciendo con rapidez. El aire empezó a agitarse a su alrededor, parecía que una tormenta se estaba formando de forma antinatural, el suelo tembló cerca de el y vio el origen del huracán. Un enorme demonio alado, todo musculo y rabia aterrizó delante de su escuadra barriendo con su látigo las filas ultramarines, abrió su boca y una neblina oscura coció literalmente a sus hermanos dentro de las servoarmaduras. En un abrir y cerrar de ojos dos escuadras emplazadas a su derecha yacían destrozadas a pocos metros, Cassius avanzó entre las ruinas seguido de cerca de sus veteranos.
- fuego en mi marca, munición venenosa!
La escuadra abrió fuego de forma coordinada, años de preparación y teoría plasmados en un ejemplo de precisión y eficacia. Los restos de las escuadras de su flanco abrieron fuego con sus armas graviton haciendo que la enorme bestia fuese derribada con un fuerte impacto contra el suelo. El demonio ensangrentado y rugiendo de rabia chasqueo nuevamente su látigo matando en el acto a dos veteranos.
Por el vox llegaban mensajes de las escuadras retirándose ordenadamente y manteniendo la linea cuando otro temblor anuncio el desastre. Otro demonio rugiente con las alas hechas jirones aterrizó en la retaguardia lanzando por los aires con cada golpe a la cúspide de la ingeniería genética del imperio como si fuesen insectos. Cassius introdujo otro cargador y sin perder de vista al horror de su espalda en una nueva descarga controlada de su escuadra el demonio herido frente a el desapareció en una explosión de sangre. 
- reagrupaos, sargento Raiko trae a tus exterminadores a mi posición !, venerables Castor y Polux formad un muro con vuestros sarcófagos blindados al frente. 
La batalla rugía a su alrededor informes de las escuadras de extraños demonios caninos cazando entre las ruinas se desataban por todos los enlaces de vox, terribles ingenios mecánicos segaban escuadras con andanadas de cráneos ardiendo, sus hombres morían y ni las oleadas retropropulsadas de la reserva ni la llegada de las cápsulas artilladas habían cambiado el curso de la batalla. Cassius entendió entonces que solo decapitando a la serpiente se podría ganar la batalla, empuño su crocius arcanum y dio un grito de desafío al rugiente demonio furioso que estaba decapitando a sus hombres.
- alimaña, yo señor de la santidad y guardián de las tradiciones te desafío!
El demonio dejo de matar entre risas y se acercó pesadamente, con una velocidad impropia para un ser de su tamaño lanzo una serie de furiosos ataques, Cassius contuvo como pudo la embestida mientras sus hombres en actos heroicos se interpusieron entre el demonio y el dando sus vidas por una oportunidad para Cassius. Con un golpe brutal el crocius alcanzó al demonio haciendo brotar la sangre a borbotones de una de sus rodillas, el demonio se giró nuevamente en un torbellino de furia y todo terminó para Cassius.
Una fuerte luz le despertó, abrió los ojos y se vio en una sala del apotecarion, dentro de un tanque de liquido amniótico. Todavía con los músculos tensos por la batalla trato de salir del tanque. Una voz mecánica sonó a través del implante en su oído.
- señor soy Polux dreadnought de hierro asignado a la segunda compañía, una stormraven de la cuarta compañía nos evacuó de ese mundo de pesadilla. Hemos logrado rescatar a unos pocos supervivientes, la semilla genética de los caídos no ha podido ser recuperada. Algunos hermanos han sido... Devorados, mutilados y decapitados.. El señor Marneus calgar y el capitán Uriel Ventris están ahora luchando en órbita contra una flota traidora que ha llegado tras la matanza de la superficie.
Cassius nunca se había rendido en su vida y no la haría ahora, con una fuerza de voluntad imposible para cualquiera en su estado logró expulsar unas palabras antes de perder la consciencia.
- coraje y honor. Luchamos por Macragge!...
En la superficie del planeta alrededor de los cadáveres en descomposición se empezaron a arremolinar enjambres de moscas. Una carcajada afable resonó en toda la superficie del planeta. 
-gracias hermano por abrirme la puerta.."
Mientras que la situación en Hydra Minor era un intercambio de ataques de ambos bandos y batallas por toda su superficie y en órbita, los acontecimientos en Hydra Cordatus comenzaban a declinar la balanza en favor de los dioses oscuros. El capitulo de los Paladines Imperiales había sido evacuado al perder la tres cuartas partes de sus efectivos en la superficie, la guardia imperial se encontraba completamente desmotivada por la agotadora guerra de trincheras y había perdido terreno de forma metódica en la mayoría de posiciones a lo largo de la larga linea de trincheras que cercaban la capital del planeta. Directamente en las brechas que suponían los puntos donde los Paladines Imperiales se habían retirado, se desplegaron las recién llegadas fuerzas de ultramarines de la segunda compañía y compañías de reserva. Cuatrocientos astartes bastante dispersos a lo largo de las posiciones destrozadas por la contienda intentarían mantener las defensas al menos en un punto de inflexión, pero no contaron con la jugada del enemigo. Portales disformes se abrieron a lo largo de extensiones kilométricas anunciando la llegada de una infestación demoníaca, el cielo sobre los defensores quedo cubierto de densas nubes carmesies que fueron el preludio de apocalípticas lluvias de sangre. Las poblaciones de colonos de trabajo que habitaban las improvisadas colmenas de producción en la zona que permanecía en manos imperiales del planeta comenzaron a matarse entre ellas presas de una violencia homicida y enormes cultos que habían permanecido latentes despertaron desgarrando desde dentro a las autoridades imperiales a lo largo de las colmenas periféricas de la capital planetaria. Los regimientos de la guardia imperial de Cadia y Vilamus fueron masacrados cuando enviaron efectivos a controlar los disturbios en su retaguardia al tiempo que eran despedazados por hordas interminables de demonios que asaltaban sus lineas de los mártires y eran cazados por enormes mastines de sangre y bronce. Las fuerzas de los ultramarines pronto comprendieron porque los Paladines Imperiales habían replegado de órbita, cuando informes de ataques masivos en todos los puntos de sus zonas de responsabilidad dispararon todas las alarmas. Enormes demonios alados, y hordas de demonios y entidades disformes muy superiores en numero e inacabables se abalanzaron una y otra vez, propinándole otro golpe brutal a la moral del capitulo desde que llego al sector al inició de la guerra. Pero los ultramarines no flaquearon y consiguieron contener el portal, aunque ya era tarde, cientos de miles de demonios se habían desparramado por el plano material y se encargaron de extender la carnicería y la masacre por toda la superficie del planeta, los últimos ultramarines supervivientes se replegaron cada vez mas en torno a la capital, con los guardias imperiales supervivientes del descalabro. Esto significaba una gran victoria del caos, que aprovecho las defensas dejadas atrás por los leales para disfrutar de una enorme zona de desembarco para las legiones traidoras que faltaban por aparecer. Enormes regimientos de guardia renegada salió de los cargueros planetarios, poderosas maquinas de asedio, legiones de caballeros renegados, titanes e ingenios demoniacos del mechanicum oscurus incluso Kharn el traidor al mando de treinta mil berserkers de khorne se desplegaron sobre la profanada superficie dejada atrás por los leales tras el asalto demoniaco. El cerco sobre la capital se estaba cerrando y a no ser que las medidas tomadas por el mando imperial en la capital asestaran un golpe sobre la mesa, la situación era critica. Los defensores de Cordatus Primus se preparaban ahora para lanzar sus dos ultimas acciones por romper el cerco o el asedio sera ya inevitable.
LAS FUERZAS DEL DIOS DE LA SANGRE SE DESPARRAMAN SOBRE HYDRA CORDATUS, TRAS DESTROZAR LAS POSICIONES IMPERIALES Y PREPARAR EL CERCO DE LA CAPITAL PLANETARIA.