"El tintineo de las gotas de lluvia sobre el techo de los blindados no sonaba con el característico sonido metálico, en su lugar el sonido del chapoteo de la lluvia sobre el fango y el limo, era lo único que podía oírse aparte del sonido de varias docenas de motores acercándose.
Una intensa niebla cubría el valle desértico plagado de cráteres y montículos de escombros donde los restos de edificios consumidos hasta la estructura flanqueaban la deteriorada carretera que conducía al centro de la ciudad en ruinas. Be´lakor se encontraba en lo alto del campanario, sobre el contingente de Guardia de la Muerte que había decidido liderar en su plan maestro. Una figura imponente, con las alas replegadas en torno al cuerpo musculado, inclinada sobre si misma, con una corona ósea de enormes cuernos y la piel del color oscuro de la piedra bañada por la luz nocturna, despedía un aura majestuosa de oscuridad, una auténtica gárgola argéntea y solemne. Be´lakor era capaz de sentir las emociones de los mortales congregados a la espera tras los restos derruidos, agazapados, esperando el contacto inminente con el enemigo. Se deleitaba saboreando los matices en el ambiente, la tensión, el ansía por verter la sangre de los perros del falso emperador, y el hambre de gloria de los siervos de nurgle, el sabía muy bien interpretar el orgullo y la ambición de los paladines de los dioses, eso era lo que le había llevado a aceptar el pacto con el heraldo de nurgle, un pacto que le sería favorable a la larga, y que desencadenaría un cambio en el equilibrio del panteón oscuro, cuando su hijo favorito pasara a ser otro. La visión de Be´lakor era diferente a la de los seres humanos, el principie demonio percibía su entorno como una mezcla alterada de blancos y grises, donde las almas brillaban con luz propia, donde la oscuridad o la luz eran irrelevantes, donde nada podía escapar de su mirada. El enorme convoy ultramarine, que permanecía inapreciable para el resto de unidades debido a la intensa niebla que el mismo había invocado, era fácilmente detectable para su mirada demoníaca, los ultramarines no habían avanzado en linea por la carretera central dejando sus flancos expuestos a la emboscada, en cambio, la larga hilera de vehículos de transporte y land raiders se desplegó ordenadamente en una larga linea de avance frontal, manteniendo una ordenada formación y avanzando paralelamente y al unísono por las calles y estribaciones de la cara oeste de la población derruida, pero eso era algo que Be´lakor ya había previsto.
A medida que las unidades de ultramarines se internaban más en la masa de edicifícios, una presencia psíquica de gran poder aparecía como una marca incandescente y dolorosa en la psique del príncipe demonio, Be´lakor se dejó caer de lo alto del campanario, las alas se desplegaron y se poso suavemente en el suelo, en el centro de su ejercito de marines de plaga.
Un land raider azul con filigranas de oro, destrozo varios bidones con sus orugas mientras sorteaba un crater en el centro de la calle, en el momento en que volvía a reposicionarse dos descargas de luz rojas zumbaron saliendo directamente de la niebla y impactaron en el centro de su portón frontal, atravesando el blindaje e iluminando el interior del tanque lanzado los portones y armas superiores por los aires para aliviar la presión del vehículo destrozado. Un land raider aterrador, cubierto de pinchos y cabezas a modo de trofeo, con una charca malsana sobrevolada por moscas y la inscripción "Segador" en un ajado banderín de tela roída , atravesó la niebla y paso al lado del vehículo ultramarine en llamas, mientras continuaba abriendo fuego con sus armas a cuantos tanques enemigos se ponían a su alcance. La línea ultramarine detuvo su avance, las torretas de armas de los razorback giraban en busca de objetivos, los land raider se colocaban a vanguardia, pero eran incapaces de localizar a los marines del caos, los portones posteriores de los transportes cayeron, varias escuadras de astartes se desplegaron a la vanguardia de los transportes mientras apuntaban sus bolter a la niebla en busca de que los selectores de objetivo dieran resultado. Sonido de disparos esporádicos y explosiones resonaban alternativamente en distintos puntos del despliegue leal, fue entonces cuando se desato el infierno.
Con un susurro Be´lakor que sobrevolaba el campo de batalla disipó la niebla, las tropas bajo él se revelaron con claridad al tiempo que se abalanzaron sobre los ultramarines, el intercambio de fuego se produjo a quemarropa, una violenta descarga a bocajarro entre los marines de plaga y los ultramarines se sucedió de forma terrible, las armas de plasma y de fusión de ambos bandos destrozaron a sus homólogos y el fuego del bolter se convirtió en una melodía ininterrumpida aderezada con las explosiones de armas pesadas, los marines de plaga aguantaron en gran medida el fuego de los astartes, que por contrapartida comenzaron inmediatamente a ceder terreno y a replegarse sobre sus vehículos, muchas escuadras eran asaltadas por hordas de zombis que emergían de los edificios destrozados, enzarzándolas en un violento combate cuerpo a cuerpo mientras los marines de plaga avanzaban disparando un aluvión de proyectiles de plasma, bolter y chorros de fusión con sus armas destrozando astartes leales y zombis por igual. Los ultramarines que consiguieron llegar a sus transportes intentaron formar un perímetro en torno a un edificio central donde Tigurius permanecía con una unidad de centuriones intentando crear un punto solido en el centro de sus fuerzas, pero muchos de los razorbacks que emprendieron el recorrido hacia el punto de reunión fueron destrozados por las descargas laser del "Saqueador" que permanecía impasible al otro lado de la calle lanzando su letanía de muerte, un razorback y un rhino consiguieron cruzar la intersección custodiada por el land raider del caos, solo para que el rhino de retaguardia fuera asaltado, volcado y aniquilado por un diablo despedazador cubierto de oxido que apareció tras derribar enormes secciones de mampostería de una oficina del administratum abandonada.
Be´lakor observaba el aura que desprendía el psíquico ultramarine, era una tentadora mancha luminosa que destacaba sobre todas las demás figuras que cubrían el caótico campo de batalla.
El bibliotecario giraba su bastón generando auras en torno al grupo de ultramarines y fortalecía a los combatientes que intentaban mantener la situación ante el aluvión de zombis y engendros pústulentos que los acosaban desde todas partes. Los campeones de plaga espolearon a sus podridos astartes a cercar el ultimo reducto ultramarine, más y más legionarios del caos cubiertos de visceras y llagas con las armaduras abotargadas y el hedor de la corrupción mas enfermiza cubriéndoles, irrumpieron en el edificio por las ventanas y butrones comenzando el intercambio de fuego decisivo sobre los ultramarines, los centuriones habían sido abrumados por la ferocidad de los engendros y solo Tigurius y un pequeño grupo de ultramarines intentaban desesperadamente contener la marea de servidores del caos que les atacaban cuerpo a cuerpo en un intercambio brutal de golpes, descargas de proyectiles, y espadazos. Una escuadrilla mixta de land speeder y stormtalon apareció zumbando desde el flanco izquierdo lanzando un torrente de proyectiles y misiles sobre las hordas del caos en tropel, en un intento de aliviar la presión, pero el saqueador estaba al acecho, descargas sostenidas intermitentes de todos los sistemas de armas del land raider mugriento alcanzaron a los land speeder en diversos puntos, que cayeron girando sobre si mismos por los restos de la ciudad esparciendo fuselaje y volutas de fuego en todas direcciones, los stormtalon giraron para efectuar una nueva pasada sobre la amenaza blindada, comenzaron lanzando varios misiles que impactaron sobre el tanque despertando al demonio en su interior, la charca pantanosa del techo del vehículo comenzó a hervir cuando la entidad demoníaca poseyó los sistemas de armamento laser, lanzando dos certeros haces de luz cegadora que impactaron en la cabina de la aeronave mas cercana detonándola en el aire en un espectáculo multicolor.
Tigurius partió en dos a otro zombi de plaga, al mismo tiempo se giro y alargando su mano derecha lanzo una descarga de energía eléctrica sobre el marine de plaga que intentaba acuchillarle con su daga cubierta de miasma, el hermano Cantius seguía disparando su pistola bolter con el único brazo que le quedaba ante la marea de enemigos, los restos de distintas escuadras en torno a él estaban vendiendo caras sus vidas, pronunció otra ristra de palabras mientras la temperatura de su capucha psíquica descendía a niveles insoportables pero no consiguió ningún efecto. Un siseo precognitivo le forzo a mirar al boquete del techo del edificio donde unos ojos malignos le devolvieron la mirada. El enorme demonio cubierto de oscuridad cayó sobre él, Tigurius rodó hacia atrás evitando a la mole al tiempo que activaba una barrera de energía en torno a su servoarmadura. Los dos contendientes se enfrascaron en un intercambio de energías psíquicas, mientras el combate continuaba a su alrededor. Tigurius lanzó una honda de energía etérea, pero la oscuridad en torno a Be´lakor se cerro formando una pantalla absorbiendo el impacto, el príncipe demonio se elevo por la sala, alzó su mano señalándole, Tigurius sintió como las piernas se le volvían rígidas, intento moverse pero fue en vano, en ese instante el demonio alado se lanzo contra el desde el techo haciendo un picado con la espada en ristre, Tigurius forzó al limite los retenedores de su capucha, volvió a canalizar el poder y quebró las correas invisibles que le inmovilizaban lanzando cristales etéreos por el suelo, después lanzo un golpe ascendente de su bastón y bloqueo la espada del demonio. Be´lakor giro violentamente y derribo al bibliotecario con un barrido de su cola, volvió a lanzar un golpe aplastador con la enorme espada crepitante, pero el bibliotecario se hizo invisible ante sus ojos y la espada se estrello en el suelo.
Be´lakor diviso una luz que se movía por entre los combatientes de ambos bandos buscando rodearle, su visión demoníaca y sus conocimientos de la telepatía le daban una ventaja sobre el ultramarine si decidía jugar a su juego, Be´lakor dejo que se acercara la luz hasta colocarse a su espalda, en el ultimo momento giro con la garra en alto. Tigurius quedo revelado cuando apareció agarrado por el cuello por el enorme demonio a varios metros del suelo, soltó su bastón y agarro con ambas manos en antebrazo de la criatura que literalmente le estaba asfixiando.
Be´lakor se acerco más a el, entonces el demonio sin pronunciar palabra comenzó a hablarle al interior de la mente, y el mundo a su alrededor se detuvo.
Se vio a si mismo en un enorme campo de batalla cubierto de sangre y de fuego, legiones de titanes y miles de tanques de batalla precedían una horda de proporciones imposibles que avanzaba cantando a los poderes disformes, estandartes de varias legiones traidoras y distintos dioses se alzaban sobre sus seguidores ondeando al viento asfixiante, los cascos destrozados de los capítulos de los ultramarines, los ángeles oscuros y los paladines imperiales, adornaban los ribetes de espinas que cubrían el blindaje de las enormes maquinas de guerra, altares de craneos de los guardias imperiales sacrificados se elevaban como enormes torres de bronce que escupían fuego al cielo purpura que se agitaba violentamente sobre su cabeza, el murmullo de miles de agónicos quejidos seguía de cerca aquel terrorífico ejercito porque los muertos volvían a la vida para seguir alimentado el ansía de guerra del padre de la pestilencia, miles de moscas envolvían el ejercito, también legiones de demonios, hordas inconmensurables avanzaban junto a los traidores, cubriendo la tierra hasta donde alcanzaba su vista. Tigurius retrocedió, no por miedo, si no, desolado por imaginarse que el mundo del dios emperador albergara semejante corrupción, pisó algo en el suelo, era el cuerpo de un astartes con una armadura similar a la suya y una capucha psíquica, donde antes se encontraba un rostro, ahora solo una cara carbonizada se encontraba frente a la suya, miro alrededor y pudo ver que también hasta donde alcanzaba la vista era un espectáculo dantesco, todo el campo de batalla estaba repleto de capsulas incrustadas en la superficie, tanques en llamas, titanes derribados y al fondo pudo ver las fortificaciones de Hydra Cordatus derruidas con extensas columnas de humo que se expandían al cielo de forma mortecina, Tygurius sintió un escalofrío, Tygurius sintió por primera vez, miedo a la derrota.
El bibliotecario retomo el conocimiento, se encontraba a bordo de una stormraven, el apotecario Romulo le estaba atendiendo, pero el se inclino hacía adelante, y clavo su mirada en el.
-Hermano...donde están los demás- el apotecario se tensó.
-Sois el único superviviente, volvemos a la base de partida.
Después Tygurius completamente exhausto se reclinó, la visión que la criatura le había mostrado le atenazaba el alma.
Typhus barrió una vez mas con destripadora partiendo en dos a varios soldados imperiales de una pasada, sus exterminadores continuaron su combate contra los escasos ángeles oscuros, mientras los marines de plaga acababan con los supervivientes humanos de la tripulación de la " legado del trono". La corbeta había intentado eludir el bloqueo para desplegar suministros a baja altura sobre el planeta pero la Terminus Est había interceptado su temeraria acción.
- Señor, la entidad oscura se encuentra a bordo de la Terminus, solicita su presencia- El capitán de su escolta de exterminadores se echo a un lado cuando Typhus se giro y encamino el corredor hasta el puente de mando.
- Que mis amados hijos plaguen la corbeta, la dejaremos a la deriva repleta de zombis, como mensaje para esos perros bastardos, guardianes de tumbas, prepararos para teleportación inmediata-
Typhus continuó dándole vueltas al trato. Be´lakor obtendría su recompensa, pero la recompensa que anhelaba era directamente la voluntad del padre nurgle, aunque el príncipe demonio, aun no lo sabia.
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