"El señor de la compañía Sar Azazel se quitó su yelmo alado, por primera vez desde que posó su bota sobre la superficie, pudo percibir el aire ráncio que cubría el pequeño satélite lunar, el aire estaba cargado de la esencia pestilente de la corrupción, miro alrededor, y vio como el personal auxiliar desembarcaba el material de construcción de las naves de desembarco, y comenzaba las labores de rehabilitación de los sistemas electrónicos de la estación de mantenimiento. A su alrededor los astartes de la tercera compañía apilaban los cuerpos de los marines traidores en enormes piras, y las abrasaban con prometio, todo estaba cubierto de montículos apilados con los cuerpos destrozados de los sirvientes del caos. Había sido una buena caza, el cónclave del librarius era decisivo a la hora de desentrañar las argucias del caos, y sin duda la información sobre las posiciones secretas del enemigo y su localización fueron decisivas a la hora de volver la trampa de la legión alfa en su contra. Cercados por la determinación oscura de los ángeles oscuros, que desembarcaron en precisos puntos, los legionarios traidores tenían la balanza en su contra desde el principio. Azazel como miembro del circulo interior, sabía que las fuerzas del enemigo en este sistema ocultaban algo, quizás podría aunar más en la misión secreta del capitulo, y por tanto, un mensaje críptico ya había sido transmitido a la roca, solicitando la intervención del resto del capitulo de forma inminente. Una mano se poso en su hombro. La figura de Ezequiel era imponente, no se trataba de su tamaño, si no del aura de solemnidad lúgubre que desprendía, había batallado junto al guardián del las llaves en innumerables mundos y sin duda no le había sorprendido verlo en acción durante la batalla de hoy, Ezequiel era un maestro de las energías del inmaterium, dirigía a los miembros de su cónclave de una forma metódica y terrible, sin duda gracias a su habilidad para desentrañar los secretos del enemigo hoy habían prevalecido sin lamentar apenas bajas astartes.
-Jamás había visto en todos estos años llorar a un servidor del caos, hermano Ezequiel- comento el señor de la compañía a modo de cordial saludo. Ezequiel se ocultaba bajo su capucha pero Azazel pudo ver con claridad la sonrisa que el portador del libro de la salvación le dedicaba.
- Los siervos del caos, temen la ira del emperador, son conscientes de la traición que cometieron, sienten el terror cada vez que rebusco en el interior de sus mentes y retuerzo su voluntad potenciando esos miedos- la voz de Ezequiel era un susurro, a veces costaba discernir si realmente susurraba o hablaba directamente a los pensamientos. Sar Azazel notaba como algo preocupaba al bibliotecario, sabía que algo había descubierto cuando destrozó la psique del hechicero enemigo y que ahora le atenazaba la mente.
-Hermano comprendería que guardaras para tí los secretos que hayas extraído....pero , me gustaría compartir la carga que supone su conocimiento- Azazel se quedo esperando unos instantes que parecieron una eternidad tras invitar sutilmente a que Ezequiel compartiera los secretos con el. Conocía perfectamente las reservas dentro del capitulo a compartir la verdad y aun mas en los miembros de mas alto rango dentro del circulo interior.
Ezequiel dirigió una mirada tensa al señor de la compañia, después la relajo.
-Hermano, has obrado bien solicitando a la Roca su presencia en el sistema, las habilidades psíquicas del hechicero que dirigía a esta partida de guerra también eran formidables, las lagrimas que vistes fueron provocadas porque el mismo de destrozo la psique para que no pudiera ahondar mas en sus secretos.- La cara de Ezequiel volvió a tensarse, un escalofrío recorrió la espalda del señor de la tercera compañía.
Ezequiel se acerco aun más a Azazel y comenzó a hablarle entre susurros.
-El enemigo planea crear un portal demoníaco en estos mundos, no conseguí averiguar el método pero...- la cara del bibliotecario revelaba la angustia que le invadía, -No hemos visto ni la punta del iceberg, hay mas legiones renegadas implicadas en la contienda, y poderosas entidades del inmaterium esperan su salto al mundo material si consiguen sus pérfidos fines-.
Azazel se sentía inquieto, quizás la búsqueda de los caídos pudiera volverse algo secundario con la amenaza que podía desatarse en esta guerra si el enemigo cumplía sus pretensiones, había notado la tensión y preocupación en el rostro del guardián de las llaves, y eso le acongojaba.
-Hermano, la roca esta prevenida, el capitulo y las dos alas se dirigen hacia aquí en estos momentos- la voz de Azazel sonó mas como a un intento de convencerse a si mismo que como a una afirmación.
-Ya lo se hermano....los necesitaremos.-
Sar Azazel había tomado las decisiones pertinentes, los informes de los barridos orbitales de la estación lunar bajo su control, habían revelado la presencia en la superficie de Hydra Minor de una basta red de fortificaciones, bastiones, búnkeres y emplazamientos enemigos, donde los volstroyanos renegados habían parapetado sus fuerzas junto a elementos de la legión alfa. Sin duda las fuerzas que había aplastado en la luna solo eran una de las cabezas de la Hydra, pero eso no le sorprendía, pues conocía bastante bien los métodos aberrantes de esos gusanos traidores.
Solamente con un rato de reflexión en la oscuridad de su celda de meditación sin ornamentos, había trazado la siguiente parte de su plan mientras esperaba la llegada de La roca.
Ahora se encontraba en su thunderhawk junto a Ezequiel, el hermano interrogador Elias, y una escolta de los veteranos de su compañía, esperando encajar la siguiente parte del puzzle.
El hangar de la barcaza de batalla Caesar era un espectáculo solemne, sesenta ultramarines desplegados en dos grupos de tres filas de diez, formaban un pasillo delante de la thunderhawk de color verde oscuro con el emblema de la espada alada que ocupaba el centro del hangar.
Frente a la rampa el capellán Cassius, el campeón de la compañía Cayo y tres marines con ornamentadas armaduras y el símbolo de escuadra de mando en su hombrera derecha esperaban resueltamente bajo el estandarte de la segunda compañía de Macragge. De la pesada rampa de desembarco bajaron Azazel que cubría la mitad de su armadura con una pesada capa de color púrpura y portaba el casco alado bajo el brazo, a su derecha Ezequiel que portaba un enorme libro con una cadena al cinto, el hermano Bethor con el estandarte de la tercera compañia de los ángeles oscuros y un reducido grupo de veteranos que ocultaban su servoarmadura bajo unas túnicas monásticas de color blanco hueso. La comitiva se detuvo, los dos grupos de marines se inspeccionaron durante un segundo incomodo, hasta que finalmente el capellán Cassius se dirigió a los recién llegados. -Saludos ángeles oscuros, bienvenidos a la Caesar, que asuntos requerían tanta premura- el tono del capellán sonó bastante burlón y Azazel se sintió bastante incomodo al encontrarse con los hijos de Guilliman en su propia nave, los ángeles oscuros no acostumbraban a mezclarse tanto con otros capítulos y preferían trabajar al margen de otras instituciones imperiales, pero el plan que tenía en mente requería del apoyo de Cato Sicarius y conocía de la letal eficacia de los ultramarines empleando las técnicas de asalto orbital.
-Capellán Cassius- Azazel hizo una reverencia -Esperaba ser recibido por el capitán Sicarius en persona- el capellán Cassius clavó la mirada de su rostro cadavérico directamente sobre él.
-El capitán Sicarius lamenta no poder recibirles, ahora mismo todo lo que precisen de los ultramarines deberán tratarlo directamente conmigo- Azazel dirigió otra pequeña reverencia a modo de contestación al capellán. -Acompañadme- dijo el capellán Cassius mientras se giraba en dirección al interior de la nave.
La sala de reuniones de la Caesar le repugnaba a Sar Azazel, una ornamentación sobrecargada con águilas de oro y ribetes de plata en cada embellecedor de los muros, y el suelo de mármol pulido, remataban la ostentación de la enorme mesa de reuniones, una omega de oro en el centro sobre un águila bicefala de marmolína gris y nácar se encontraba en el centro de los tupidos asientos de bronce y terciopelo. Sar Azazel percibía la impresión que lo recargado de la sala de juntas causaba en el resto de ángeles oscuros.
-Bien, comenzad con el objeto de vuestra visita, señor capitán- el tono de Cassius estaba cargado de premura, como si quisiera dar por finalizada la reunión lo antes posible. A Sar Azazel le disgustaba sobremanera tener que tratar estos asuntos con el capellán ultramarine al que no sentía nada cómodo con la presencia de su hermanos no perdonados.
-Como ya sabrás nuestras fuerzas han tomado la estación orbital de Hydra Minor capellán-
El capellán Cassius le clavaba la mirada mientras hablaba....
-Con la estación bajo nuestro control, el mantenimiento y reparación de naves de combate vuelve a permitirnos una ruta logística entre los mundos de este sistema con lo qu....-
El capellán Cassius corto bruscamente al señor de la compañia.
-Capitán, os doy la enhorabuena por vuestros éxitos, pero la ruta logística carece de importancia en estos momentos, Hydra Cordatus se mantiene en un punto muerto, y el único manufactorum con producción suficiente como para suministrar a todo el sector se haya en Hydra Xylen-
la voz del capellán denotaba una ira contenida bajo una fachada de impaciencia.
-Creí que la guardia imperial controlaba el manufactorum, vuestro capitu...-
El capellán Cassius volvió a cortar al señor de la compañía , esta vez elevando el tono ante la mirada perpleja de la decena de marines de ambos capítulos sentados en la mesa.
-La guardia imperial de Hydra Xylen a sido aniquilada, las pretensiones del imperio en ese mundo han desaparecido irremediablemente, eso a afectado a toda esta campaña.-
-Creía que el apoyo de su capítulo a la toma de Hydra Xylen era una prioridad dada por el alto mando del sector- la voz de Azazel también se mostraba tensa por el rumbo de la conversación. Ezequiel mantenía el silencio a la izquierda del señor.
-Ustedes creen mucho, quizás si no tuvierais la costumbre de ir al margen, persiguiendo vuestros propios fines ocultos en las sombras, conoceríais a estas alturas que Hydra Xylen es un mundo necron, una dinastía completa a despertado sobre su suerficie-
-Pero vuestras fuerzas en ese planeta...-
Cassius volvió a interrumpir a Sar Azazel.
-Nuestras fuerzas fueron rechazadas- Azazel notó como una expresión trágica se apoderaba del capellán. -Nuestra compañía sufrió un escalofriante numero de bajas, ultramar envía refuerzos que se sumarán a nuestra flota en breve, la flota ultramarine a tenido que reposicionarse lejos de la órbita de Hydra Xylen debido al fuego planetario necron, vuestro problema es que solo veis lo que os afecta directamente y por es...- esta vez Azazel corto en seco al capellán.
-¡Capellán Cassius! comprendo y comparto perfectamente la aflicción de sus perdidas, antes de que continué le prevengo de que no hemos acudido a ustedes para compartir las impresiones que tengan sobre nuestro capítulo- Cassius permaneció callado, aunque Azazel leía con claridad la furia asesina contenida en el ojo del astartes de negra armadura. Tras un instante eterno, Azazel continuó.
-Hermano capellán Cassius, les necesitamos... necesitamos todo el apoyo que puedan ofrecer a la causa del emperador en estos momentos- la expresión de Cassius cambió por una de curiosidad.
-¿Que es lo que precisáis de los ultramarines Señor de la compañía Azazel?-
-Debemos efectuar un asalto planetario total sobre Hydra Xylen, no nos sera posible sin el apoyo de su compañía- aunque a Cassius la perspectiva del combate siempre le resultaba primordial, sabía que sus fuerzas estaban al límite tras el desastre de Hydra Xylen.
-Gustosamente accederíamos a aunar nuestros esfuerzos a los suyos pero la situación de mi compañía esta forzada hasta el extremo, en estos momentos aguardamos refuerzos para nuestra compañía de las compañías de reserva y la presencia de la compañía del capitán Uriel Ventris, sintiéndolo mucho debemos adoptar una actitud de espera-
Ezequiel se incorporo de su asiento, aunque el era miembro de mas cargo dentro del circulo interior y por ende del capítulo que Sar Azazel, había dejado a su hermano dirigir los asuntos de su compañía como muestra de respeto, pero ahora tocaba intervenir.
-Hermano capellán, soy el bibliotecario jefe Ezequiel- comenzó a decir, Cassius sintió el desprecio por el psiquico, a pesar de haber tenido contactos con muchos incluso dentro de su capítulo, nunca habían terminado de gustarle la presencia de ellos.
-Imagino que la actitud de espera que adopten les sera beneficiosa, nosotros también esperamos la llegada del grueso de nuestro capítulo al sistema, pero el tiempo es algo de lo que no disponemos y debemos actuar con presteza contra la inminente amenaza- la mirada de Ezequiel se clavaba en Cassius, lo que le gustaba aun menos al capellán.
-¿Qué clase de amenaza podría arrastrar al medio centenar de hermanos de batalla ultramarines a arrojarse de nuevo sobre un mundo enemigo sin refuerzos? hermano Bibliotecario.- Cassius juntó la punta de los dedos mientras se apoyaba en la mesa mirando directamente a Ezequiel.
-La guardia imperial traidora y los agentes del caos han establecido una basta red de fortificaciones sobre Hydra Minor, debemos asaltar un nudo central y destruir por completo su centro neurálgico con todas nuestras fuerzas mediante un asalto orbital-
El capellán Cassius sonrió, lo hizo por primera vez desde que los ángeles oscuros llegaron a la Caesar.
-¿Me esta proponiendo una misión suicida? no entiendo porque en la situación que nos encontramos y ante el enorme poder defensivo de esas fortalezas no deberíamos esperar al grueso de nuestros capítulos.-
Sar Azazel habló de nuevo. -Capellán, nuestras flotas combinadas se reabasteceran desde la luna de Minor, bombardearemos en combinación los alrededores de la zona de desembarco para disponer de un tiempo preciado sin que el enemigo obtenga refuerzos y asaltaremos el centro de sus defensas para descabezar sus fuerzas en el planeta y impedir..- Azazel miró a Ezequiel, y Ezequiel asintió con un leve gesto, despues Azazel continuó calculando friamente sus palabras.
-Impedir que nuestro enemigo active las energías para abrir una puerta disforme-
todos los astartes de la sala permanecieron en silencio...las miradas se cruzaban entre los componentes de los dos capítulos, pero las expresiones eran distintas, la determinación de una causa común se palpaba entre los astartes de ornamentada armadura y sus homólogos cubiertos de túnicas. Cassius rompió el silencio. -Capitán ¿esta completamente seguro de eso?- la cara destrozada del capellán revelaba una fuerza y entereza propias de los de su oficio.
Azazel no contesto, en su lugar miro a su izquierda, Ezequiel se apoyó aun mas cerca del capellán, su ojo augmetico emitió un leve chispeo al enfocarse sobre Cassius.
-Yo lo he visto..- La voz de Ezequiel er un susurro, pero inundó la sala.
Cassius se incorporó , el resto de astartes siguieron su ejemplo.
-Hermano Cayo informa al capitán Sicarius y envía un informe a nuestros refuerzos en rumbo,
Hefestius que todos los hermanos se preparen para el combate, volvemos a la batalla.-
Los presentes de ambos capítulos se hicieron el saludo del aquila sobre el pecho, pronto combatirían codo a codo.
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