83 días de conflicto. 83 días de guerra. 83 días en los que cientos de miles de guerreros habían entregado su vida al emperador. Los fuegos de la guerra habían devastado el sistema Hydra Cordatus, las lluvias de asteroides se precipitaron sobre el principal planeta del sistema. Hydra Xylen había sido destruido y Hydra Minor corrió la misma suerte, los restos planetarios habían recorrido grandes distancias dibujando sobre el cielo del último planeta del sistema una lluvia apocalíptica de fuego, al mismo tiempo los restos de la batalla espacial que tenía lugar en la órbita habían atravesado la atmósfera impactando sobre la superficie devastada del planeta.
La tormenta de disformidad llegaba a su climax, y los cielos parecían rasgarse con virulencia adornados por luces púrpuras que presagiaban el final de la contienda. No obstante la última ciudad colmena en pie resistía, sus altas agujas se mantenían desafiantes a pesar de la destrucción de muchas de ellas y de los fuegos intermitentes que acompañaban la noche con su luz mortecina. Cientos de cápsulas de desembarco y cañoneras thunderhawk descargaron incansablemente compañías de batalla completas de astartes.
Los ángeles oscuros al mando del mismísimo Azrael y los ultramarines al mando de Marneus Calgar habían descendido. Los exhaustos ultramarines de la segunda compañía y los regimientos de kaurava lo habían logrado, habían resistido contra todo pronóstico. Ahora la prioridad era evacuar a todos los colonos de trabajo que habían desembarcado en la capital al inicio de la campaña antes de quedar cercados por las fuerzas del caos.
Más de 3 millones de familias de colonos imperiales, y miles de heridos de la guardia imperial seguían en la ciudad colmena, y sólo ahora tras la llegada de los marines espaciales y de la armada imperial era posible su evacuación. Los desiertos en torno a la capital estaban plagados de cultistas, zombis de plaga y adoradores de los dioses del caos. Las poblaciones de las demás ciudades colmena del planeta, habían sido sacrificadas, y las energías disformes generadas habían traído directamente al plano material a millones de demonios , las hordas de desangradores, mastines de khorne y demonios del dios de la sangre, avanzaban junto a las huestes de la podredumbre atestadas de nurgletes y portadores de plaga. Las legiones traidoras habían convergido en los desiertos, cientos de vehículos pesados y miles de vehículos de transporte, de los hijos del emperador, los devoradores de mundos y decenas de bandas sangrientas de berserker y la guardia de la muerte, dirigían ese ejército de pesadilla. La batalla espacial no obstante seguía desarrollándose en órbita mientras en la superficie, ambas fuerzas se preparaban para el inevitable choque final. Los ultramarines, supervisaban la construcción de las defensas, enormes muros de plastocemento fueron levantados a medida que los transportes de construcción de la armada imperial conseguían llegar a superficie, al mismo tiempo los ángeles oscuros se encargaban del emplazamiento de enormes baterías y laseres de defensa, mientras el ala de cuervo patrullaba el perímetro de la ciudad colmena, bajo el apoyo de la novena compañía de ultramarines.
Los servidores y tecnoadeptos de ambos capitulos reparaban y mantenían en funcionamiento a los enormes baneblades y tanques de batalla de la guardia imperial. Por primera vez desde que comenzó la guerra , los regimientos de kaurava pudieron ser relevados en el mantenimiento de los perímetros, ese tiempo para descansar y rearmarse aumento la moral de los valerosos soldados de la guardia imperial, y pendones sagrados de los ultramarines y los ángeles oscuros adornaban ahora los estandartes de regimiento de "los héroes de kaurava" como muestra de admiración y hermandad.
Los preparativos en las fuerzas del caos eran constantes, los portales de disformidad y las forjas del mechanicum obscurus producían incesantemente ingenios demoníacos. Los dragones del caos se aferraban con sus garras a las torres semiderruidas de las ciudades colmena que ya habían sido saqueadas. Como enormes colonias de murciélagos los dragones infernales se solapaban unos sobre otros dando el aspecto de un terrible enjambre. Más abajo en los accesos a las minas, las luces de las forjas demoníacas acompañaban la larga hilera de diablos despedazadores y diablos de la forja que avanzaban, y los aplastadores enormes máquinas demoníacas encabezaban esas hordas de ingenios de pesadilla. Land raider cubiertos de pústulas, otros con amplificadores que emitían melodías cacofónicas estridentes, y otros cubiertos de altares de craneos se alineaban al frente de una interminable masa de tanques de transporte y de combate de colores variopintos.
Las principales legiones traidoras habían convergido sobre Hydra Cordatus y ahora se preparaban para el ataque final a las posiciones de los perros del falso emperador. El destino de este mundo al borde de la aniquilación se decidirá pronto, y quizás sus consecuencias afecten a más de lo que todos imaginamos.
"La enorme catedral se iluminaba a causa de la luz verdosa y crepitante que salía del interior de la calaveras que adornaban a modo de cenefa las ocho paredes del octágono. Sin duda el templo era inmenso, las paredes de piedra fundida revelaban miembros y extremidades que salían de sus muros, y rostros en un rictus de dolor miraban a los presentes desde su confinamiento en aquella construcción. La población de Cor Secundus la segunda ciudad colmena más poblada del planeta había sido sacrificada, y con sus cuerpos se había levantado esta enorme catedral en honor a los dioses de caos. En lo alto de altar central, una enorme figura se encontraba rodeado de enormes señores del caos ataviados de negro y cobre. La figura portaba una inmensa armadura de exterminador, el relicario a sus espaldas, estaba repleto de trofeos, cascos de astartes leales, y cráneos de diversas razas. En un brazo portaba una barroca cuchilla de energia con dos bolter acoplados a su armazón, su cráneo estaba completamente rasurado, y un tocado capilar altísimo sujetaba un penacho de denso pelo negro.
El saqueador contempló el desfile ante el. Las puertas de la catedral permanecían abiertas. Los cánticos de los fieles se repetían en el exterior. El primero en entrar dentro de la catedral era un viejo conocido del saqueador, como tantos otros en su bando durante esta guerra. Lucius recorrió la distancia que le separaba hasta el altar, ligeramente atrasados tras el seis marines espaciales de extravagante aspecto acompañaban a su señor. Era un espectáculo dantesco, de colores chillones y fragancias extenuantes, la escolta de lucius mostraba claros signos de mutación, unos ojos insectoides y enormes bocas con la mandíbula alargada hasta lo imposible, ranuras de altavoz en lugar de dentaduras, y enormes armas sónicas y espadas estilizadas de duelista. El sempiterno dedicó un gesto de asentimiento a Abaddon, después deslizó su larga lengua sibilante por sus cicatrizados labios, el resto de su guardia personal dedicó lascivas miradas a los guardaespaldas del saqueador. En el exterior los cánticos de los cultistas aumentaban su entonación, cuando otro grupo de guerreros irrumpió en la catedral. Ocho berserkers, entraron en la enorme sala octogonal, cada uno de ellos mostraba una heráldica diferente sobre sus armaduras rojas, cascos de color hueso, cascos negros, hombreras y grebas negras, cornamentas de los yelmos de libreas en hueso y azul, sin duda cada uno de ellos representaba una partida de guerra distinta, aunque todos tenían en común la sangre que cubría sus servoarmaduras. Al frente del grupo de guerreros, avanzaba uno inconfundible. Un brazo musculado envuelto en una cadena, portaba a destripadora, la hombrera mostraba el inconfundible icono del mundo siendo devorado y un casco engalanado con la ornamentación típica de los hijos del dios de la sangre expulsaba humo ardiente a cada exhalación del traidor. Los berserkers llegaron a la altura de los hijos del emperador y se detuvieron. Kharn no saludo a Abaddon, en su lugar aceleró un par de veces su hacha sierra demoníaca en señal de aceptación, sus guerreros hicieron lo mismo mientras intercambiaban miradas tensas con los marines ruidosos a su derecha. Los cánticos de los cultistas en el exterior se cortaron súbitamente. Una neblina verdosa de descomposición se deslizó como un depredador hambriento , derrumbando a aquellos fieles débiles que no eran capaces de respirar las miasmas enfermizas. Una enorme mole embutida en una corrompida armadura de exterminador, entró en la catedral encabezando a los siete exterminadores que le seguían formando una cuña. Todos los guerreros portaban guadañas mortuorias del tamaño de un hombre. Por entre los pies de los abotargados exterminadores se arrastraban decenas de nurgletes infectos, todos los cascos portaban un cuerno óseo, y el color hueso de las armaduras apenas era reconocible tras las capas de limo y óxido febril que las cubría. Typhus llegó a la altura del atril, un golpe en seco de la guadaña al suelo de la bóveda fue su saludo.
- Ya podemos comenzar...- la voz de Typhus era distorsionada por el casco. Abaddon levantó una mano para detener el ímpetu del heraldo de la pestilencia. -No, aún no, falta alguien más...-
Desde un pórtico a las espaldas del saqueador emergió una figura,
sin lugar a dudas era más pequeña que la de los cuatro grandes señores del caos que se encontraban en la catedral.
Una túnica cubría su servoarmadura de color negro envejecido. Su rostro era un misterio tras la capucha en la que solo unos cabellos blancos asomaban y una media sonrisa.
El recién llegado portaba dos pistolas al cinto. Una enorme cadena enganchaba una pesada espada envainada en una ornamentada vaina. Tras el, dos astartes con modelos antiguos de armaduras negras envejecidas, permanecían también ocultos por sus túnicas con capucha. Uno de los guardias del peculiar marine espacial portaba un mandoble de energía en el que se apoyaba con ambas manos y dejaba descansar su barbilla, el otro poseía un enorme escudo de tormenta y una pistola de plasma al cinto, el símbolo de una espada alada roja en el escudo desdibujada por el paso del tiempo era bastante desconcertante.
- Ahora si podemos comenzar el cónclave... Mis invitados ya están aquí....- la voz de Abaddon sonaba divertida por la presencia de los demás señores del caos.
- Mis redes de información aseguran que las fuerzas imperiales no saben de la existencia del orbe en los niveles del submundo de la ciudad colmena, a estas alturas las defensas tienen que estar preparándose, debemos atacar ya-
La voz del encapuchado llenaba la sala.
- Mi flota esta dificultando sus tareas de desembarco planetario, pero aún así es imposible evitar que poco a poco vayan aumentando sus efectivos y medios en la capital- Typhus miraba fijamente a el saqueador en busca de al menos una justificación de porque su legión negra no estaba llevando el peso de esta campaña. El saqueador se dirigió a los componentes del cónclave. -Vamos a atacarlos ya, caeremos sobre ellos desde cuatro puntos. Quiero que su línea exterior sea rebasada y consolidada, en caso de tener que asediar la ciudad, dispondremos de una base desde la que iniciar el ataque final. Nos abriremos paso hasta el interior de Hydra Cordatus y conseguiremos el orbe-
- ¿Y que hay de lo que la inquisición se llevó de Hydra Minor? Eso pondría todo en peligro.- dijo Lucius mientras acariciaba el pomo de su espada.
- La inquisición sólo tiene un fragmento, el orbe necesita dos de los tres fragmentos para poder ser empleado como ruta disforme directamente hacia Terra. Sin los otros dos fragmentos saben que no podemos activar el orbe- la sonrisa de satisfacción en la cara del saqueador era total.
- ¿pero si sólo tienes grrrrggg un fragmento, no estamos en las mismas grrr?- dijo kharn clavando su mirada en los ojos de Abaddon.
- Querido hermano, antes de que la inquisición se llevará el fragmento, y creyera que el fragmento de Hydra Xylen se había perdido en la telaraña para siempre, yo ya había cerrado un trató. Mountekp me entregó el fragmento a cambio de cederles los pilones de energía una vez tomemos Hydra Cordatus-.
Lucius rebelo una macabra sonrisa.
Todo había sido un plan perfectamente orquestado. Con la captura de Hydra Cordatus podrían desplazarse directamente sobre Terra, el portal disforme generado aquí, y a tan poca distancia del ojo del terror, podría ser un reclamó sin precedentes para que todas las legiones traidoras asediasen Terra directamente como hace 10000 años. Lo importante ahora era atacar antes de que las labores de defensa estuvieran listas. Y aquí era donde Cypher tenía su papel.
El sabotaje de las instalaciones de la capital había dado sus frutos y el ángel caído había balizado el orbe y ocultado su energía a las fuerzas leales. Pronto 4 ataques simultáneos desde distintas direcciones se encargarían de tomar las defensas periféricas de Hydra Cordatus. El principio del fin, había llegado.
Los señores del caos dieron por finalizado el cónclave. Todos salieron de la catedral. Typhus permaneció junto al saqueador.
-Esperó que recuerdes lo que estaba pactado, el gran padre no olvida aquello que se le promete.- la voz de Typhus no sonaba como una amenaza, pero si era un recordatorio.
- Te entregare aquello que estaba pactado, tal como acordamos, ahora vete-.
Typhus se giró, y abandonó la catedral.
El saqueador sonrió.
Zaraphiston se reveló nítidamente a la siniestra de Abaddon, portando su báculo, y el signo de la logia de tzeench.
- ha sido magistral mi señor. El cambiante esta complacido-
-Asi es, con estos acuerdos, el grueso de mi legión negra permanece entera a la espera, y serán los primeros en atacar Terra, con las principales legiones debilitadas por este conflicto, no tendré competidores en ostentar el poder una vez que el falso emperador sea destrozado.-
Abaddon río frenéticamente.
-Pero tener cuidado mi señor. Cuidaos de aquel que se oculta tras la túnica, cuidaos del que porta la espada rota-
- Ese es el menor de mis problemas -. Contestó Abaddon.
Los cánticos de los cultistas del exterior volvieron a sonar"
"El viento arrastraba el hedor rancio de la descomposición, en lo alto del bastión de mando de uno de los bloqueos defensivos del sector 9, los dos astartes mantenían la mirada fija en el millar de abnegados trabajadores y servidores que se esforzaban en sus labores de construcción y fortificación. Entre los trabajadores se distinguían soldados de los regimientos de la guardia imperial, y más allá podía apreciarse las líneas aegis y muros de ferrocemento que formaban la primera línea defensiva donde unidades de los ultramarines y los ángeles oscuros mantenían la vigilancia de los desiertos exteriores. Los dos astartes eran completamente antagónicos. Uno de ellos portaba una ornamentada y sobrecargada armadura de exterminador de color azul intenso, toda embellecida con relieves del aquila en oro puro, y omegas de nácar y plata. Una capa descansaba sobre la espaldera de la inmensa armadura. El rostro era hidalgo y de mandibula cuadrada, un retrato digno inspirado en los antiguos cesar de la mitología terrana, con el cabello crespo y angular de color blanco. Dos enormes puños blindados de combate, exquisitamente engalanados en relieves y adornos de platino descansaban sobre el muro del balconete del bastión. El otro astartes era altivo y noble. Pero la nobleza no era tan obvia como en el ultramarine que le acompañaba. El ángel oscuro mostraba un rostro completamente cicatrizado. La cabeza rasurada le confería un aspecto monacal, una gruesa túnica le caía ocultando las grebas de la servoarmadura, el cinto era un cordón monástico, con incensarios e iconos de metal y acero como ornamentación. El peto visible a través de la apertura de la túnica mostraba relieves de ángeles alados, descansando en una enorme vaina, se encontraba una espada de energía, con el pomo de metal verdoso sin adornos ni embellecedores. El brillo de las lentes de un casco, salía de la oscuridad que se dibujaba tras el señor de los ángeles oscuros, como si alguien o algo, lo estuviera portando varios metros por detrás de el.
- El tiempo se acaba, y tengo la sensación de que no conozco toda la verdad Azrael..- Dijo el ultramarine sin desviar la mirada de los trabajadores que manejaban la maquinaria debajo de ellos.
-El enemigo quiere a toda costa tomar esta ciudad colmena, independientemente de que busquen con esta acción, hay aún demasiados colonos que deben ser evacuados..-
-No me refiero a lo que buscan los traidores Azrael, me refiero a lo que sabéis y aún no habéis compartido con nosotros- Calgar posó su mirada sobre el señor de la Roca.
-No hay nada que conozcamos y que no os haya sido ya revelado Marneus, en esta guerra estamos luchando y muriendo juntos-
Azrael le devolvió una mirada vacía de expresividad al señor de Macragge.
El viento aumentaba y ceniza grisácea y polvorienta era arrastrada desde los desiertos. El cielo seguía presentando un aspecto malsano por culpa de la tormenta disforme que amenazaba ya con engullir el último mundo de Hydra Cordatus. La batalla espacial seguía teniendo lugar sobre ellos, aunque a menor escala que hace tres días, las naves del caos se habían replegado a la otra cara del planeta, desde donde desembarcaban más y más unidades, y la flota imperial en lugar de presionar a la debilitada flota de caos comenzó la megalítica tarea de evacuar a todos los colonos desde la superficie hasta las naves orbitales. Incapaces de desplegar más efectivos, sólo el regimiento kauravano, los capítulos de los ultramarines y los ángeles oscuros, y varios batallones de voluntarios de la milicia de colmena se quedaban para resistir la embestida y ganar el tiempo que los colonos necesitaban.
Los dos astartes continuaban en el balconete, impasibles, y en completo silencio. Una stormraven flanqueada por dos stormtalon paso haciendo un giro sobre la línea perimetral en la que se encontraban los dos señores de capítulo, instantes después dos cazas nephelin pasaron de forma idéntica completando el escuadron mixto multicapitulo. Esta vez fue Azrael el que habló.
-Este mundo no va a resistir Calgar, tu lo sabes tan bien como yo, podemos ganar tiempo, salvar muchas vidas, incluso estancarnos en una guerra defensiva prolongada, pero este mundo esta muerto. Engullido por la tormenta de disformidad en ciernes.-
Calgar apretó la mandíbula y cerro los puños de sus enormes guanteletes.
- Es inaceptable, entregar un mundo imperial sin utilizar todos los medios a nuestro alcance, debemos fortificarnos aquí, cuando evacuemos a todos los colonos y destruyamos la flota de los traidores, podremos iniciar las operaciones para acabar con el enemigo, la tormenta se disipara y los refuerzos de ultramar llegaran. Los hijos de Orar, y los Novamarines están en camino, así como varios regimientos de los quinientos mundos...- la mirada de Calgar ardía con la determinación de un gran estratega dispuesto a llevar una campaña de castigo al enemigo. Azrael se giró completamente, el rostro del ángel oscuro se dibujaba sombrío e inquieto, había algo en el discurso del ultramarine que no había gustado a gran maestre de los ángeles oscuros.
-Esto ya no es una campaña, ni vamos a conservar otro mundo en nombre del emperador, esto es una retirada, pero una retirada en la que aún hay algo que debemos hacer.-
- ...¿Debemos hacer? Hay algo que sabes, y no lo compartes conmigo, llenas tu ego diciendo que luchamos juntos y ni aún así los ángeles oscuros sois capaces de quitaros el velo de mentiras que cubren todos vuestros actos.-
Azrael reposo su guantelete en el pomo de su espada y se giró para marcharse, las sombras se abrían a medida que avanzaban y leves susurros salieron de esa oscuridad penetrante.
-No sabía que los herederos de la primera legión dieran la espalda a sus aliados para preservar sus secretos- el tono en la voz de Calgar estaba cargado de frustración.
Azrael se detuvo, se dio la vuelta, y volvió a encaminarse hacia el señor de Macragge, esta vez se detuvo enfrente del ultramarine manteniéndole la mirada de forma implacable.
- ¿Que es lo que quieres saber Marneus? Normalmente te sientes con autoridad para meterte en los asuntos de los demás capítulo, pero no olvides con quien estas hablando-
los dos rostros se enfrentaron tensamente durante varios minutos, ninguno de los dos guerreros apartaba la vista del otro. Finalmente Calgar habló.
- No cuestionó los métodos de tu capítulo ni dudó de tu honor, pero una de mis naves capto la cañonera de la inquisición instantes antes de que tomara tierra en Hydra Minor, y volvió a captarla durante su salida del planeta.-
La expresión de Azrael permaneció inmutable.
- ¿Y acaso yo tengo que tener respuesta a aquello que el Lord de Macragge reclama?- Calgar continuó clavándole la mirada.
- Si, tu deberías tener respuesta. Porque la señal que captamos de la cañonera de la inquisición sugiere que salió de la Roca, y que después de volver de la superficie planetaria, volvió a la Roca....-
El silencio volvió a imperar, el rostro del gran maestre de los ángeles oscuros reflejaba la sorpresa vergonzosa de no disponer de excusa, finalmente Azrael habló.
- la inquisición vino a nosotros Calgar, el motivo por el que combatimos aquí, es evitar que un artefacto oculto en el interior de esta colmena caiga en manos de Abaddon.-
Marneus no pudo disimular su cara de asombro.
-¡Maldita sea, me has ocultado esto todo este tiempo!-
- ¿Acaso mis ángeles oscuros no han combatido en los mismos escenarios que tus ultramarines?-
-No me vengas con esas....no entiendo porque la inquisición llevaría a cabo esta conexión con tu capítulo y ocultaría ese secreto al mio-
La cara de asombro de Marneus era indescriptible, y Azrael trató de suavizar el descubrimiento del señor de Macragge.
-Marneus, no podíamos revelar lo que se escondía en la capital hasta que la capital estuviera asegurada...-
- Y me imaginó, que a la inquisición no le basta con destruir el artefacto, quiere quedarselo-
- Lo que la inquisición haga con el artefacto no es asunto mío, nuestra misión es que no caiga en las manos equivocadas-
Azrael y Calgar continuaban enfrentados, el viento agitaba la túnica del ángel oscuro y la capa del ultramarine.
Calgar colocó un enorme guantelete sobre el hombro del Gran Maestre, el guantelete era prácticamente como el torso del ángel oscuro.
- ¿Que intereses hay detrás de esto?, ¿que es lo que te a ofrecido la inquisición?, dime que esto vale la pena...- Calgar sonó más conciliador esta vez, aunque su voz arrastraba una profunda decepción.
- Nuestros intereses sólo son nuestros, aunque la vida de estas personas, y la amenaza para el imperio si el artefacto cae en manos de los traidores son un interés común. Hemos sangrado juntos durante esta campaña, y los lazos y el honor que hemos forjado no deben mancharse por este incidente ....hermano...- Azrael miraba hacia arriba con el brazo extendido en señal de amistad. Calgar no cogió el brazo de Azrael.
- Lucharemos juntos por supuesto, el honor de los ultramarines es intachable. Pero temo estar en medio de algo que se me oculta, y temo perder la confianza que nos une hasta ahora-
El gran maestre de los ángeles oscuros se giró y comenzó a andar para volver al interior del bastión. A escasos metros de Calgar se detuvo, y sin darse la vuelta habló.
- Cuando los fuegos del combate se extiendan sobre todos nosotros, los hijos del león estarán allí, en primera línea, demostrando el valor de la primera legión. Al fin y al cabo cada uno busca la redención a su modo....-
Azrael reanudó el paso hacia la oscuridad del interior del edificio, en lo que dura un parpadeo humano, a Calgar le pareció ver un diminuto ser envuelto en una túnica que avanzaba tras el gran maestre de los ángeles oscuros, pero de repente ya no estaba ayi. Entonces Calgar sonrió, al darse cuenta de que lo peor que podía hacer el enemigo era enfrentarse al poder de los dos capítulos, ambos tan distintos entre si, pero tan obstinados en la defensa del imperio."
Las posiciones imperiales se distribuían en un perímetro exterior en torno a Cordatus, y un perímetro de repliegue dentro del primer anillo de fortificaciones, las fuerzas imperiales se habían distribuido ocupando posiciones al norte, al sur, al este y al oeste.
Los ultramarines, se encargaban de las posiciones al norte, los ángeles oscuros de las posiciones al sur, al oeste los soldados de las tropas de Kaurava mantenían un núcleo defensivo acorazado, y al este, debido a la inaccesibilidad del terreno, una fuerza conjunta del ala de cuervo y de la cuarta compañía de ultramarines se encargaba de controlar los accesos. Las tropas del caos iniciaron el ataque al alba del sexto dia, perfectamente sincronizados, los siervos de los poderes ruinosos se abalanzaron sobre las posiciones imperiales desde todas las direcciones. Las estáticas de comunicacion se saturaron que avisos y alertas de ataque. Los regimientos de Kaurava informaron de hordas tambaleantes de muertos que se abalanzaban sobre sus posiciones mientras las armas pesadas de la guardia de la muerte bombardeaban los búnkeres y parapetos. Desde el sureste las legiones del dios de la sangre iniciaron un asalto prolongado, cuando el velo del inmaterium se deshizo materializando miles de desangradores de khorne y enormes demonios. Berserkers de khorne iniciaron un avance blindado en una extensión de trece kilómetros, mientras baterías de aplastadores de almas lanzaban un aluvión tras otro sobre las posiciones de los no perdonados.
Al norte la situación no era mejor, enormes bombardeos sonicos, lanzaron su letal lluvia directamente en los escobastios de ferrocemento defendidos por los ultramarines de la segunda compañía, ineficaces se mostraron las posiciones defensivas frente al armamento sónico, y los ultramarines tuvieron que mantener la posición sufriendo bajas iniciales severas, mientras el cielo se cubría por la densa concentración de dragones infernales. La única zona que no estaba bajo ataque era el sector este, cuando empezaron a coordinarse los medios y el ala de cuervo partió en auxilio de las posiciones al sur, los ultramarines de la cuarta compañía fueron sorprendidos por un aluvión de energía tesla y una auténtica masa de guadañas descargaron sus rayos de proyección desplegando una cohorte eterna de guerreros necron que avanzaba implacablemente disparando una letal lluvia de energía gauss sobre los sorprendidos astartes.
La flota imperial en órbita respondió a los repentinos asaltos enemigos lanzando un bombardeo orbital sostenido sobre la retaguardia de las fuerzas enemigas. La batalla inicial por la capital planetaria había comenzado. En el cuadragésimo primer milenio sólo hay guerra.
Batallas:
Ultramarines V.S Marines Espaciales del caos:
1850 pts, sistema etc, el bando imperial dispone de 1D3 bombardeos orbitales antes de empezar el primer turno de la partida con el siguiente perfil. F8 FP3 alcance ilimitado, area grande.
Angeles Oscuros V.S Daemonkin:
1850 pts, sistema etc, el bando imperial dispone de 1D3 bombardeos orbitales antes de empezar el primer turno de la partida con el siguiente perfil. F8 FP3 alcance ilimitado, area grande.
Guardia Imperial V.S Marines Espaciales del Caos:
1850 pts, sistema etc, el bando imperial dispone de 1D3 bombardeos orbitales antes de empezar el primer turno de la partida con el siguiente perfil. F8 FP3 alcance ilimitado, area grande.
Ultramarines V.S Necrones:
1850 pts, sistema etc, el bando imperial dispone de 1D3 bombardeos orbitales antes de empezar el primer turno de la partida con el siguiente perfil. F8 FP3 alcance ilimitado, area grande.
Se sumaran las puntuaciones totales de victoria de uno y otro bando, cada punto de victoria de diferencia del total del bando que haya ganado esta ronda de partidas, le dara 100 pts de bonificacion a su bando de cara a apokalipsis. La batalla de apokalipsis se librara a 14.000 PTS por bando y se aplicara el modificador antes mencionado.
ejemplo:
Bando imperial total de puntos de victoria: 32
Bando Caótico total de puntos de victoria: 24
32-24=8 8x100= 800 14.000+800=14.800
Batalla de apokalipsis: Imperio:14800 pts Caos:14000
El bando con menos puntos sera el defensor en la mision de apokalipsis, y dispondra de un objetivo con un valor de 6 pts de victoria.
La batalla de esta ronda entre necrones y ultramarines, no proporciona puntos al total de puntuacion de los bandos.