domingo, 29 de noviembre de 2015

CAPITULO 4. SOLO HAY GUERRA....

83 días de conflicto. 83 días de guerra. 83 días en los que cientos de miles de guerreros habían entregado su vida al emperador. Los fuegos de la guerra habían devastado el sistema Hydra Cordatus, las lluvias de asteroides se precipitaron sobre el principal planeta del sistema. Hydra Xylen había sido destruido y Hydra Minor corrió la misma suerte, los restos planetarios habían recorrido grandes distancias dibujando sobre el cielo del último planeta del sistema una lluvia apocalíptica de fuego, al mismo tiempo los restos de la batalla espacial que tenía lugar en la órbita habían atravesado la atmósfera impactando sobre la superficie devastada del planeta.
La tormenta de disformidad llegaba   a su climax, y los cielos parecían rasgarse con virulencia adornados por luces púrpuras que presagiaban el final de la contienda. No obstante la última ciudad colmena en pie resistía, sus altas agujas se mantenían desafiantes a pesar de la destrucción de muchas de ellas y de los fuegos intermitentes que acompañaban la noche con su luz mortecina. Cientos de cápsulas de desembarco y cañoneras thunderhawk descargaron incansablemente compañías de batalla completas de astartes.
Los ángeles oscuros al mando del mismísimo Azrael y los ultramarines al mando de Marneus Calgar habían descendido. Los exhaustos ultramarines de la segunda compañía y los regimientos de kaurava lo habían logrado, habían resistido contra todo pronóstico. Ahora la prioridad era evacuar a todos los colonos de trabajo que habían desembarcado en la capital al inicio de la campaña antes de quedar cercados por las fuerzas del caos.
Más de 3 millones de familias de colonos imperiales, y miles de heridos de la guardia imperial seguían en la ciudad colmena, y sólo ahora tras la llegada de los marines espaciales y de la armada imperial era posible su evacuación. Los desiertos en torno a la capital estaban plagados de cultistas, zombis de plaga y adoradores de los dioses del caos. Las poblaciones de las demás ciudades colmena del planeta, habían sido sacrificadas, y las energías disformes generadas habían traído directamente al plano material a millones de demonios , las hordas de desangradores, mastines de khorne y demonios del dios de la sangre, avanzaban junto a las huestes de la podredumbre atestadas de nurgletes y portadores de plaga. Las legiones traidoras habían convergido en los desiertos, cientos de vehículos pesados y miles de vehículos de transporte, de los hijos del emperador, los devoradores de mundos y decenas de bandas sangrientas de berserker y la guardia de la muerte, dirigían ese ejército de pesadilla. La batalla espacial no obstante seguía desarrollándose en órbita mientras en la superficie, ambas fuerzas se preparaban para el inevitable choque final. Los ultramarines, supervisaban la construcción de las defensas, enormes muros de plastocemento fueron levantados a medida que los transportes de construcción de la armada imperial conseguían llegar a superficie, al mismo tiempo los ángeles oscuros se encargaban del emplazamiento de enormes baterías y laseres de defensa, mientras el ala de cuervo patrullaba el perímetro de la ciudad colmena, bajo el apoyo de la novena compañía de ultramarines.
Los servidores y tecnoadeptos de ambos capitulos reparaban y mantenían en funcionamiento a los enormes baneblades y tanques de batalla de la guardia imperial. Por primera vez desde que comenzó la guerra , los regimientos de kaurava pudieron ser relevados en el mantenimiento de los perímetros, ese tiempo para descansar y rearmarse aumento la moral de los valerosos soldados de la guardia imperial, y pendones sagrados de los ultramarines y los ángeles oscuros adornaban ahora los estandartes de regimiento de "los héroes de kaurava" como muestra de admiración y hermandad.
Los preparativos en las fuerzas del caos eran constantes, los portales de disformidad y las forjas del mechanicum obscurus producían incesantemente ingenios demoníacos. Los dragones del caos se aferraban con sus garras a las torres semiderruidas de las ciudades colmena que ya habían sido saqueadas. Como enormes colonias de murciélagos los dragones infernales se solapaban unos sobre otros dando el aspecto de un terrible enjambre. Más abajo en los accesos a las minas, las luces de las forjas demoníacas acompañaban la larga hilera de diablos despedazadores y diablos de la forja que avanzaban, y los aplastadores enormes máquinas demoníacas encabezaban esas hordas de ingenios de pesadilla. Land raider cubiertos de pústulas, otros con amplificadores que emitían melodías cacofónicas estridentes, y otros cubiertos de altares de craneos se alineaban al frente de una interminable masa de  tanques de transporte y de combate de colores variopintos.
Las principales legiones traidoras habían convergido sobre Hydra Cordatus y ahora se preparaban para el ataque final a las posiciones de los perros del falso emperador. El destino de este mundo al borde de la aniquilación se decidirá pronto, y quizás sus consecuencias afecten a más de lo que todos imaginamos.

"La enorme catedral se iluminaba a causa de la luz verdosa y crepitante que salía del interior de la calaveras que adornaban a modo de cenefa las ocho paredes del octágono. Sin duda el templo era inmenso, las paredes de piedra fundida revelaban miembros y extremidades que salían de sus muros, y rostros en un rictus de dolor miraban a los presentes desde su confinamiento en aquella construcción. La población de Cor Secundus la segunda ciudad colmena más poblada del planeta había sido sacrificada, y con sus cuerpos se había levantado esta enorme catedral en honor a los dioses de caos. En lo alto de altar central, una enorme figura se encontraba rodeado de enormes señores del caos ataviados de negro y cobre. La figura portaba una inmensa armadura de exterminador, el relicario a sus espaldas, estaba repleto de trofeos, cascos de astartes leales, y cráneos de diversas razas. En un brazo portaba una barroca cuchilla de energia con dos bolter acoplados a su armazón, su cráneo estaba completamente rasurado, y un tocado capilar altísimo sujetaba un penacho de denso pelo negro.
El saqueador contempló el desfile ante el. Las puertas de la catedral permanecían abiertas. Los cánticos de los fieles se repetían en el exterior. El primero en entrar dentro de la catedral era un viejo conocido del saqueador, como tantos otros en su bando durante esta guerra. Lucius recorrió la distancia que le separaba hasta el altar, ligeramente atrasados tras el seis marines espaciales de extravagante aspecto acompañaban a su señor. Era un espectáculo dantesco, de colores chillones y fragancias extenuantes, la escolta de lucius mostraba claros signos de mutación, unos ojos insectoides y enormes bocas con la mandíbula alargada hasta lo imposible, ranuras de altavoz en lugar de dentaduras, y enormes armas sónicas y espadas estilizadas de duelista. El sempiterno dedicó un gesto de asentimiento a Abaddon, después deslizó su larga lengua sibilante por sus cicatrizados labios, el resto de su guardia personal dedicó lascivas miradas a los guardaespaldas del saqueador. En el exterior los cánticos de los cultistas aumentaban su entonación, cuando otro grupo de guerreros irrumpió en la catedral. Ocho berserkers, entraron en la enorme sala octogonal, cada uno de ellos mostraba una heráldica diferente sobre sus armaduras rojas, cascos de color hueso, cascos negros, hombreras y grebas negras, cornamentas de los yelmos de libreas en hueso y azul, sin duda cada uno de ellos representaba una partida de guerra distinta, aunque todos tenían en común la sangre que cubría sus servoarmaduras. Al frente del grupo de guerreros, avanzaba uno inconfundible. Un brazo musculado envuelto en una cadena, portaba a destripadora, la hombrera mostraba el inconfundible icono del mundo siendo devorado y un casco engalanado con la ornamentación típica de los hijos del dios de la sangre expulsaba humo ardiente a cada exhalación del traidor. Los berserkers llegaron a la altura de los hijos del emperador y se detuvieron. Kharn no saludo a Abaddon, en su lugar aceleró un par de veces su hacha sierra demoníaca en señal de aceptación, sus guerreros hicieron lo mismo mientras intercambiaban miradas tensas con los marines ruidosos a su derecha. Los cánticos de los cultistas en el exterior se cortaron súbitamente. Una neblina verdosa de descomposición se deslizó como un depredador hambriento , derrumbando a aquellos fieles débiles que no eran capaces de respirar las miasmas enfermizas. Una enorme mole embutida en una corrompida armadura de exterminador, entró en la catedral encabezando a los siete exterminadores que le seguían formando una cuña. Todos los guerreros portaban guadañas mortuorias del tamaño de un hombre. Por entre los pies de los abotargados exterminadores se arrastraban decenas de nurgletes infectos, todos los cascos portaban un cuerno óseo, y el color hueso de las armaduras apenas era reconocible tras las capas de limo y óxido febril que las cubría. Typhus llegó a la altura del atril, un golpe en seco de la guadaña al suelo de la bóveda fue su saludo.
- Ya podemos comenzar...- la voz de Typhus era distorsionada por el casco. Abaddon levantó una mano para detener el ímpetu del heraldo de la pestilencia. -No, aún no, falta alguien más...-
Desde un pórtico a las espaldas del saqueador emergió una figura, 
sin lugar a dudas era más pequeña que la de los cuatro grandes señores del caos que se encontraban en la catedral.
Una túnica cubría su servoarmadura de color negro envejecido. Su rostro era un misterio tras la capucha en la que solo unos cabellos blancos asomaban y una media sonrisa.
El recién llegado portaba dos pistolas al cinto. Una enorme cadena enganchaba una pesada espada envainada en una ornamentada vaina. Tras el, dos astartes con modelos antiguos de armaduras negras envejecidas, permanecían también ocultos por sus túnicas con capucha. Uno de los guardias del peculiar marine espacial portaba un mandoble de energía en el que se apoyaba con ambas manos y dejaba descansar su barbilla, el otro poseía un enorme escudo de tormenta y una pistola de plasma al cinto, el símbolo de una espada alada roja en el escudo desdibujada por el paso del tiempo era bastante desconcertante.
- Ahora si podemos comenzar el cónclave... Mis invitados ya están aquí....- la voz de Abaddon sonaba divertida por la presencia de los demás señores del caos.
- Mis redes de información aseguran que las fuerzas imperiales no saben de la existencia del orbe en los niveles del submundo de la ciudad colmena, a estas alturas las defensas tienen que estar preparándose, debemos atacar ya-
La voz del encapuchado llenaba la sala. 
- Mi flota esta dificultando sus tareas de desembarco planetario, pero aún así es imposible evitar que poco a poco vayan aumentando sus efectivos y medios en la capital- Typhus miraba fijamente a el saqueador en busca de al menos una justificación de porque su legión negra no estaba llevando el peso de esta campaña. El saqueador se dirigió a los componentes del cónclave. -Vamos a atacarlos ya, caeremos sobre ellos desde cuatro puntos. Quiero que su línea exterior sea rebasada y consolidada, en caso de tener que asediar la ciudad, dispondremos de una base desde la que iniciar el ataque final. Nos abriremos paso hasta el interior de Hydra Cordatus y conseguiremos el orbe-
- ¿Y que hay de lo que la inquisición se llevó de Hydra Minor? Eso pondría todo en peligro.- dijo Lucius mientras acariciaba el pomo de su espada.
- La inquisición sólo tiene un fragmento, el orbe necesita dos de los tres fragmentos para poder ser empleado como ruta disforme directamente hacia Terra. Sin los otros dos fragmentos saben que no podemos activar el orbe- la sonrisa de satisfacción en la cara del saqueador era total.
- ¿pero si sólo tienes grrrrggg un fragmento, no estamos en las mismas grrr?- dijo kharn clavando su mirada en los ojos de Abaddon.
- Querido hermano, antes de que la inquisición se llevará el fragmento, y creyera que el fragmento de Hydra Xylen se había perdido en la telaraña para siempre, yo ya había cerrado un trató. Mountekp me entregó el fragmento a cambio de cederles los pilones de energía una vez tomemos Hydra Cordatus-.
Lucius rebelo una macabra sonrisa.
Todo había sido un plan perfectamente orquestado. Con la captura de Hydra Cordatus podrían desplazarse directamente sobre Terra, el portal disforme generado aquí, y a tan poca distancia del ojo del terror, podría ser un reclamó sin precedentes para que todas las legiones traidoras asediasen Terra directamente como hace 10000 años. Lo importante ahora era atacar antes de que las labores de defensa estuvieran listas. Y aquí era donde Cypher tenía su papel.
El sabotaje de las instalaciones de la capital había dado sus frutos y el ángel caído había balizado el orbe y ocultado su energía a las fuerzas leales. Pronto 4 ataques simultáneos desde distintas direcciones se encargarían de tomar las defensas periféricas de Hydra Cordatus. El principio del fin, había llegado.
Los señores del caos dieron por finalizado el cónclave. Todos salieron de la catedral. Typhus permaneció junto al saqueador.
-Esperó que recuerdes lo que estaba pactado, el gran padre no olvida aquello que se le promete.- la voz de Typhus no sonaba como una amenaza, pero si era un recordatorio. 
- Te entregare aquello que estaba pactado, tal como acordamos, ahora vete-.
Typhus se giró, y abandonó la catedral.
El saqueador sonrió.
Zaraphiston se reveló nítidamente a la siniestra de Abaddon, portando su báculo, y el signo de la logia de tzeench.
- ha sido magistral mi señor. El cambiante esta complacido-
-Asi es, con estos acuerdos, el grueso de mi legión negra permanece entera a la espera, y serán los primeros en atacar Terra, con las principales legiones debilitadas por este conflicto, no tendré competidores en ostentar el poder una vez que el falso emperador sea destrozado.-
Abaddon río frenéticamente.
-Pero tener cuidado mi señor. Cuidaos de aquel que se oculta tras la túnica, cuidaos del que porta la espada rota-
- Ese es el menor de mis problemas -. Contestó Abaddon.
Los cánticos de los cultistas del exterior volvieron a sonar"

"El viento arrastraba el hedor rancio de la descomposición, en lo alto del bastión de mando de uno de los bloqueos defensivos del sector 9, los dos astartes mantenían la mirada fija en el millar de abnegados trabajadores y servidores que se esforzaban en sus labores de construcción y fortificación. Entre los trabajadores se distinguían soldados de los regimientos de la guardia imperial, y más allá podía apreciarse las líneas aegis y muros de ferrocemento que formaban la primera línea defensiva donde unidades de los ultramarines y los ángeles oscuros mantenían la vigilancia de los desiertos exteriores. Los dos astartes eran completamente antagónicos. Uno de ellos portaba una ornamentada y sobrecargada armadura de exterminador de color azul intenso, toda embellecida con relieves del aquila en oro puro, y omegas de nácar y plata. Una capa descansaba sobre la espaldera de la inmensa armadura. El rostro era hidalgo y de mandibula cuadrada, un retrato digno inspirado en los antiguos cesar de la mitología terrana, con el cabello crespo y angular de color blanco. Dos enormes puños blindados de combate, exquisitamente engalanados en relieves y adornos de platino descansaban sobre el muro del balconete del bastión. El otro astartes era altivo y noble. Pero la nobleza no era tan obvia como en el ultramarine que le acompañaba. El ángel oscuro mostraba un rostro completamente cicatrizado. La cabeza rasurada le confería un aspecto monacal, una gruesa túnica le caía ocultando las grebas de la servoarmadura, el cinto era un cordón monástico, con incensarios e iconos de metal y acero como ornamentación. El peto visible a través de la apertura de la túnica mostraba relieves de ángeles alados, descansando en una enorme vaina, se encontraba una espada de energía, con el pomo de metal verdoso sin adornos ni embellecedores. El brillo de las lentes de un casco, salía de la oscuridad  que se dibujaba tras el señor de los ángeles oscuros, como si alguien o algo, lo estuviera portando varios metros por detrás de el.
- El tiempo se acaba, y tengo la sensación de que no conozco toda la verdad Azrael..- Dijo el ultramarine sin desviar la mirada de los trabajadores que manejaban la maquinaria debajo de ellos.
-El enemigo quiere a toda costa tomar esta ciudad colmena, independientemente de que busquen con esta acción, hay aún demasiados colonos que deben ser evacuados..- 
-No me refiero a lo que buscan los traidores Azrael, me refiero a lo que sabéis y aún no habéis compartido con nosotros- Calgar posó su mirada sobre el señor de la Roca.
-No hay nada que conozcamos y que no os haya sido ya revelado Marneus, en esta guerra estamos luchando y muriendo juntos-
Azrael le devolvió una mirada vacía de expresividad al señor de Macragge. 
El viento aumentaba y ceniza grisácea y polvorienta era arrastrada desde los desiertos. El cielo seguía presentando un aspecto malsano por culpa de la tormenta disforme que amenazaba ya con engullir el último mundo de Hydra Cordatus. La batalla espacial seguía teniendo lugar sobre ellos, aunque a menor escala que hace tres días, las naves del caos se habían replegado a la otra cara del planeta, desde donde desembarcaban más y más unidades, y la flota imperial en lugar de presionar a la debilitada flota de caos comenzó la megalítica tarea de evacuar a todos los colonos desde la superficie hasta las naves orbitales. Incapaces de desplegar más efectivos, sólo el regimiento kauravano, los capítulos de los ultramarines y los ángeles oscuros, y varios batallones de voluntarios de la milicia de colmena se quedaban para resistir la embestida y ganar el tiempo que los colonos necesitaban. 
Los dos astartes continuaban en el balconete, impasibles, y en completo silencio. Una stormraven flanqueada por dos stormtalon paso haciendo un giro sobre la línea perimetral en la que se encontraban los dos señores de capítulo, instantes después dos cazas nephelin pasaron de forma idéntica completando el escuadron mixto multicapitulo. Esta vez fue Azrael el que habló.
-Este mundo no va a resistir Calgar, tu lo sabes tan bien como yo, podemos ganar tiempo, salvar muchas vidas, incluso estancarnos en una guerra defensiva prolongada, pero este mundo esta muerto. Engullido por la tormenta de disformidad en ciernes.- 
Calgar apretó la mandíbula y cerro los puños de sus enormes guanteletes.
- Es inaceptable, entregar un mundo imperial sin utilizar todos los medios a nuestro alcance, debemos fortificarnos aquí, cuando evacuemos a todos los colonos y destruyamos la flota de los traidores, podremos iniciar las operaciones para acabar con el enemigo, la tormenta se disipara y los refuerzos de ultramar llegaran. Los hijos de Orar, y los Novamarines están en camino, así como varios regimientos de los quinientos mundos...- la mirada de Calgar ardía con la determinación de un gran estratega dispuesto a llevar una campaña de castigo al enemigo. Azrael se giró completamente, el rostro del ángel oscuro se dibujaba sombrío e inquieto, había algo en el discurso del ultramarine que no había gustado a gran maestre de los ángeles oscuros.
-Esto ya no es una campaña, ni vamos a conservar otro mundo en nombre del emperador, esto es una retirada, pero una retirada en la que aún hay algo que debemos hacer.-
- ...¿Debemos hacer? Hay algo que sabes, y no lo compartes conmigo, llenas tu ego diciendo que luchamos juntos y ni aún así los ángeles oscuros sois capaces de quitaros el velo de mentiras que cubren todos vuestros actos.-
Azrael reposo su guantelete en el pomo de su espada y se giró para marcharse, las sombras se abrían a medida que avanzaban y leves susurros salieron de esa oscuridad penetrante.
-No sabía que los herederos de la primera legión dieran la espalda a sus aliados para preservar sus secretos- el tono en la voz de Calgar estaba cargado de frustración.
Azrael se detuvo, se dio la vuelta, y volvió a encaminarse hacia el señor de Macragge, esta vez se detuvo enfrente del ultramarine manteniéndole la mirada de forma implacable. 
- ¿Que es lo que quieres saber Marneus? Normalmente te sientes con autoridad para meterte en los asuntos de los demás capítulo, pero no olvides con quien estas hablando- 
los dos rostros se enfrentaron tensamente durante varios minutos, ninguno de los dos guerreros apartaba la vista del otro. Finalmente Calgar habló.
- No cuestionó los métodos de tu capítulo ni dudó de tu honor, pero una de mis naves capto la cañonera de la inquisición instantes antes de que tomara tierra en Hydra Minor, y volvió a captarla durante su salida del planeta.- 
La expresión de Azrael permaneció inmutable.
- ¿Y acaso yo tengo que tener respuesta a aquello que el Lord de Macragge reclama?- Calgar continuó clavándole la mirada.
- Si, tu deberías tener respuesta. Porque la señal que captamos de la cañonera de la inquisición sugiere que salió de la Roca, y que después de volver de la superficie planetaria, volvió a la Roca....-
El silencio volvió a imperar, el rostro del gran maestre de los ángeles oscuros reflejaba la sorpresa vergonzosa de no disponer de excusa, finalmente Azrael habló.
- la inquisición vino a nosotros Calgar, el motivo por el que combatimos aquí, es evitar que un artefacto oculto en el interior de esta colmena caiga en manos de Abaddon.-
Marneus no pudo disimular su cara de asombro.
-¡Maldita sea, me has ocultado esto todo este tiempo!-
- ¿Acaso mis ángeles oscuros no han combatido en los mismos escenarios que tus ultramarines?-
-No me vengas con esas....no entiendo porque la inquisición llevaría a cabo esta conexión con tu capítulo y ocultaría ese secreto al mio-
La cara de asombro de Marneus era indescriptible, y Azrael trató de suavizar el descubrimiento del señor de Macragge.
-Marneus, no podíamos revelar lo que se escondía en la capital hasta que la capital estuviera asegurada...-
- Y me imaginó, que a la inquisición no le basta con destruir el artefacto, quiere quedarselo-
- Lo que la inquisición haga con el artefacto no es asunto mío, nuestra misión es que no caiga en las manos equivocadas- 
Azrael y Calgar continuaban enfrentados, el viento agitaba la túnica del ángel oscuro y la capa del ultramarine.
Calgar colocó un enorme guantelete sobre el hombro del Gran Maestre, el guantelete era prácticamente como el torso del ángel oscuro.
- ¿Que intereses hay detrás de esto?, ¿que es lo que te a ofrecido la inquisición?, dime que esto vale la pena...- Calgar sonó más conciliador esta vez, aunque su voz arrastraba una profunda decepción.
- Nuestros intereses sólo son nuestros, aunque la vida de estas personas, y la amenaza para el imperio si el artefacto cae en manos de los traidores son un interés común. Hemos sangrado juntos durante esta campaña, y los lazos y el honor que hemos forjado no deben mancharse por este incidente ....hermano...- Azrael miraba hacia arriba con el brazo extendido en señal de amistad. Calgar no cogió el brazo de Azrael.
- Lucharemos juntos por supuesto, el honor de los ultramarines es intachable. Pero temo estar en medio de algo que se me oculta, y temo perder la confianza que nos une hasta ahora-
El gran maestre de los ángeles oscuros se giró y comenzó a andar para volver al interior del bastión. A escasos metros de Calgar se detuvo, y sin darse la vuelta habló.
- Cuando los fuegos del combate se extiendan sobre todos nosotros, los hijos del león estarán allí, en primera línea, demostrando el valor de la primera legión. Al fin y al cabo cada uno busca la redención a su modo....-
Azrael reanudó el paso hacia la oscuridad del interior del edificio, en lo que dura un parpadeo humano, a Calgar le pareció ver un diminuto ser envuelto en una túnica que avanzaba tras el gran maestre de los ángeles oscuros, pero de repente ya no estaba ayi. Entonces Calgar sonrió, al darse cuenta de que lo peor que podía hacer el enemigo era enfrentarse al poder de los dos capítulos, ambos tan distintos entre si, pero tan obstinados en la defensa del imperio."
Las posiciones imperiales se distribuían en un perímetro exterior en torno a Cordatus, y un perímetro de repliegue dentro del primer anillo de fortificaciones, las fuerzas imperiales se habían distribuido ocupando posiciones al norte, al sur, al este y al oeste.
Los ultramarines, se encargaban de las posiciones al norte, los ángeles oscuros de las posiciones al sur, al oeste los soldados de las tropas de Kaurava mantenían un núcleo defensivo acorazado, y al este, debido a la inaccesibilidad del terreno, una fuerza conjunta del ala de cuervo y de la cuarta compañía de ultramarines se encargaba de controlar los accesos. Las tropas del caos iniciaron el ataque al alba del sexto dia, perfectamente sincronizados, los siervos de los poderes ruinosos se abalanzaron sobre las posiciones imperiales desde todas las direcciones. Las estáticas de comunicacion se saturaron que avisos y alertas de ataque. Los regimientos de Kaurava informaron de hordas tambaleantes de muertos que se abalanzaban sobre sus posiciones mientras las armas pesadas de la guardia de la muerte bombardeaban los búnkeres y parapetos. Desde el sureste las legiones del dios de la sangre iniciaron un asalto prolongado, cuando el velo del inmaterium se deshizo materializando miles de desangradores de khorne y enormes demonios. Berserkers de khorne iniciaron un avance blindado en una extensión de trece kilómetros, mientras baterías de aplastadores de almas lanzaban un aluvión tras otro sobre las posiciones de los no perdonados.
Al norte la situación no era mejor, enormes bombardeos sonicos, lanzaron su letal lluvia directamente en los escobastios de ferrocemento defendidos por los ultramarines de la segunda compañía, ineficaces se mostraron las posiciones defensivas frente al armamento sónico, y los ultramarines tuvieron que mantener la posición sufriendo bajas iniciales severas, mientras el cielo se cubría por la densa concentración de dragones infernales. La única zona que no estaba bajo ataque era el sector este, cuando empezaron a coordinarse los medios y el ala de cuervo partió en auxilio de las posiciones al sur, los ultramarines de la cuarta compañía fueron sorprendidos por un aluvión de energía tesla y una auténtica masa de guadañas descargaron sus rayos de proyección desplegando una cohorte eterna de guerreros necron que avanzaba implacablemente disparando una letal lluvia de energía gauss sobre los sorprendidos astartes.
La flota imperial en órbita respondió a los repentinos asaltos enemigos lanzando un bombardeo orbital sostenido sobre la retaguardia de las fuerzas enemigas. La batalla inicial por la capital planetaria había comenzado. En el cuadragésimo primer milenio sólo hay guerra.





Batallas:

Ultramarines V.S Marines Espaciales del caos:
1850 pts, sistema etc, el bando imperial dispone de 1D3 bombardeos orbitales antes de empezar el primer turno de la partida con el siguiente perfil. F8 FP3 alcance ilimitado, area grande. 

Angeles Oscuros V.S Daemonkin:
1850 pts, sistema etc, el bando imperial dispone de 1D3 bombardeos orbitales antes de empezar el primer turno de la partida con el siguiente perfil. F8 FP3 alcance ilimitado, area grande. 

Guardia Imperial V.S Marines Espaciales del Caos:
1850 pts, sistema etc, el bando imperial dispone de 1D3 bombardeos orbitales antes de empezar el primer turno de la partida con el siguiente perfil. F8 FP3 alcance ilimitado, area grande. 

Ultramarines V.S Necrones:
1850 pts, sistema etc, el bando imperial dispone de 1D3 bombardeos orbitales antes de empezar el primer turno de la partida con el siguiente perfil. F8 FP3 alcance ilimitado, area grande. 

Se sumaran las puntuaciones totales de victoria de uno y otro bando, cada punto de victoria de diferencia del total del bando que haya ganado esta ronda de partidas, le dara 100 pts de bonificacion a su bando de cara a apokalipsis. La batalla de apokalipsis se librara a 14.000 PTS por bando y se aplicara el modificador antes mencionado. 
ejemplo:
Bando imperial total de puntos de victoria: 32
Bando Caótico total de puntos de victoria: 24
32-24=8           8x100= 800       14.000+800=14.800
Batalla de apokalipsis: Imperio:14800 pts Caos:14000
El bando con menos puntos sera el defensor en la mision de apokalipsis, y dispondra de un objetivo con un valor de 6 pts de victoria. 
La batalla de esta ronda entre necrones y ultramarines, no proporciona puntos al total de puntuacion de los bandos.

domingo, 15 de noviembre de 2015

CAPITULO 3.9 UN HALO DE ESPERANZA

"El Capitán Sicarius contemplaba la vasta extensión de terreno yermo en torno a las derruidas estructuras periféricas de la capital. Varios ultramarines terminaban de comprobar sus armas desplegados en los escasos edificios que se mantenían en pie. En los huecos entre edificios, transportes blindados servían de cobertura eventual para los exhaustos hermanos de batalla.
La imagen que Cassius percibía era terrible, los ultramarines lucían sus servoarmaduras abolladas y repletas de desconchones y daños de combate como signo de la prolongada campaña, pero lo que otorgaba el cariz dantesco a la escena, era la densa nube roja que cubría el cielo frente a ellos en la lejanía y que avanzaba trayendo consigo el sonido de la lluvia de sangre y el rugir de los motores. Vehículos cubiertos de cabezas que servían de trofeo y bañados en el rojo sangriento de la matanza avanzaban precedidos por jaurías de mastines demoníacos y bandas de motoristas.
Sobre la hueste un enorme devorador de almas de dimensiones imposibles batía sus alas con un enorme hacha del tamaño de un dreadnought.
Los ultramarines habían sido destrozados por las huestes de khorne, su repliegue táctico había estado marcado por las bajas horribles que habían sufrido, sin ningún tipo de apoyo ni de refuerzo, los ultramarines habían intentado combatir cada metro de terreno a las mareas de demonios, pero ese ataque solo representaba las primeras oleadas de los inmensos ejercitos caóticos que cercaban la capital. Ahora otro grupo de ataque se abalanzaba sobre los maltrechos marines espaciales, y Sicarius estaba cansado de huir.
-¡¡Preparados para abrir fuego!!- La voz de Sicarius llego clara al medio centenar de astartes que se enconaban en las ruinas y lineas de transporte...
-¡¡ Por el emperador!! ¡¡Fuego!!- el sonido de los bolter reverbero entre las ruinas. Oleadas de mastines caían solo para que más mastines saltaran sobre los cuerpos y se abalanzaran sobre los ultramarines para recibir otra nueva descarga, motoristas con sus hachas sierra en ristre asaltaban velozmente al combate decapitando con cada pasada a algún ultramarine, los marines entre las columnas semiderruidas se trababan en violentos combates cuerpo a cuerpo contra las mareas de perros disformes, los cuchillos de combate acoplados en los bolter servían de improvisadas bayonetas cuando los astartes agotaban sus municiones, se acuchillaba y disparaba bocajarro, de amputaba y destrozaban huesos con chasquidos secos,  mientras los motoristas que caían de sus motocicletas se levantaban y saltaban sobre los ultramarines con puños desnudos y un frenesí sangriento. Desde una perspectiva aérea la escena que tenía lugar abajo, era una fina linea azul, una membrana extenuada que se alargaba abarcando más de lo que sus propias capacidades podía mantener, y un mar burbujeante de rojo y bronce que se estrellaba contra la linea con una violencia endiablada.

- A todas las unidades, reporten su situación- Sicarius descendía de su transporte y se internaba en la linea de batalla, donde los ultramarines seguían enfrentandose al enemigo.
-Hemos sufrido bajas en el cuadrante Ultima, mantenemos la posición bajo fuerte ataque enemigo------Al habla el sargento Décimo, mantenemos sector Prioratus sin novedad-------Hermano Maximus necesitamos apoyo y municiones en el cuadrante Quarta, capitán.------ 
Todas las unidades reportaron su situación. Sicarius comenzó a evaluar sus opciones cuando la oleada de capsulas atravesó las nubes estrellándose en el espacio entre los ultramarines y la segunda oleada de atacantes que se dirigía hacia ellos a toda velocidad.
-¡¡¡Marchamos por Macragge!!!- La voz del capellán acompaño el desembarco de los restantes miembros de la compañía, en su carga sobre la segunda oleada de traidores, docenas de ultramarines cargaron disparando sus bolter a bocajarro, los traidores detuvieron sus transportes mientras los impactos ametrallaban la chapa de los vehículos y saltaron literalmente desde el interior de los mismos a través de unos portones frontales modificados. Las dos fuerzas avanzaron una a por otra, los ultramarines disparaban a una mano sus bolter mientras en la otra empuñaban sus cuchillos de combate, o portaban sus granadas, los berserkers elevaban sus hachas sierra al cielo y disparaban sus pistolas sobre los perros del falso emperador mientras la intensidad de la lluvia de sangre alcanzaba su climáx. En mitad de ese lodazal sangriento las dos fuerzas se despedazaron. Las plegarias al dios de la sangre de los berserkers y las letanías de odio de los ultramarines se fundieron en un abrazo mortal. Sicarius se unió al combate total y desorganizado en el que se había convertido la batalla. Alzo su espada y avanzó a la carrera rodeado por sus hombres en medio de la confusión visceral reinante, portando la espada en ristre a la altura del pecho empaló al primer berserkers que se cruzo en su camino, un proyectil de plasma paso silbando a ras de su yelmo abrasando algunos pelos de su ornamentada cresta y se estrello por detrás de él, en el centro de casco del hermano Meridio derritiendo todo por encima de los hombros. Un ataque de espada sierra reboto en la hombrera de su armadura artesanal, con un giro de muñeca destripo al berserkers, y se giro para abrir fuego con su pistola de plasma derribando a un engendro del caos y acabando con otro mastín que destrozaba al sargento Cesar, la carga de un motorista lo derribó, Sicarius rodó y se incorporó, el motorista siguió su avance lanzando tajos a diestro y siniestro, matando a tres ultramarines más, hasta que una lengua de fuego lo envolvió. El dreadnought de hierro avanzó implacablemente destrozando con sus puños, mastines, berserkers, y engendros, la letanía de muerte del bípode arcano sirvió de estimulo a sus hermanos, que avanzaron exaltados por la furia del dreadnought, Sicarius alzo la espada y varios ultramarines comenzaron a seguirle a través del pasillo de fuego y muerte que el dreadnought abría. Marines de asalto, marines tácticos, exterminadores, una amalgama de hermanos, sargentos, veteranos, marines con las servoarmaduras cubiertas completamente de sangre y repletas de daños de combate, avanzaban en una carga frontal con Sicarius y el capellán al frente y tras la estela de masacres que dibujaba el dreadnought. La apocalíptica batalla estaba en su punto álgido, y sin duda era un gran día para morir. Portales de disformidad rebelaron la aparición de mas mastines, y los berserkers combatian hasta los limites de la locura desmembrando a los ultramarines que al mismo tiempo acuchillaban freneticamente a los marines renegados. Una colosal figura descendió del cielo al tiempo que describía un arco descendente con su hacha. El impacto se incrusto en la parte superior del dreadnought de hierro y lo partió en dos hasta incrustarse en el suelo resquebrajando la tierra, las dos mitades del dreadnought estallaron y de las llamas surgió la imagen misma de la matanza y el asesinato. El devorador de almas cargó contra los astartes, Sicarius salió volando, aterrizo a varios metros, el capellán consiguió apartarse, pero varios hermanos de batalla fueron destrozados por el impacto, cuando el devorador de almas se frenó describió un giro con su hacha sangrienta partiendo en dos a seis ultramarines que había alrededor, las fuerzas del dios de la sangre se abalanzaron de nuevo con furia renovada, a los berserkers había que sumarle poseidos corrompidos mas halla de toda comprensión que empalaban a los astartes leales con sus armas oseas, la linea ultramarine se mantuvo en su posición sabedora de que no había lugar al que retirarse, los astartes de macragge se batieron con abnegación y heroísmo, los disparos de las escuadras devastadoras emplazadas en las alturas marcaron la diferencia. Fuego selectivo se dirigía sobre los objetivos prioritarios, varios misiles perforantes se estrellaron contra el devorador de almas, destrozándolo y haciéndolo enloquecer, ese fue el momento que necesitaba Sicarius, apuntando al corazón de la bestia disparo un chorro ardiente de plasma con su pistola atravesando el torso del demonio y haciéndolo volver a la disformidad. Los ultramarines volvieron a cargar, la lucha cuerpo a cuerpo se prolongo durante horas, portales se manifestaban trayendo mas criaturas de la disformidad, los ultramarines seguían batiendo al enemigo con sus devastadores mientras Sicarius encabezaba los asaltos y reunía supervivientes para cerrar los puntos débiles y mantener la linea. Los berserkers negándose a retirarse mantenían la lucha desmembrando compulsívamente a los ultramarines hasta ser abatidos. Pero al final del día, la lluvia sobre Hydra Cordatus cesó.

Un campo de batalla cubierto por un lodazal de color marrón rojizo, y un cielo completamente despejado eran todo lo que Sicarius visualizaba. Llevaba horas con la mente en blanco y completamente exhausto, la oscuridad de la noche lo comenzaba a envolver todo. No tenía la menor idea de cuando se produciría el próximo ataque, pero tenía la certeza de que no podría rechazarlo de nuevo. Apenas veintisiete astartes era todo lo que quedaba de la segunda compañía, y no tenían contacto con el resto de las fuerzas en el sistema. Hydra Cordatus había sido abandonada, la capital solo tenía presentes sus fuerzas, veintisiete marines espaciales, era todo lo que podía ofrecer, pero al menos, el margen este de la ciudad había resistido. Los regimientos de Kaurava, mantenían combates aún en la zona norte, y los inmensos desiertos que rodeaban la ciudad estaban repletos de servidores de los poderes ruinosos.
Un destelló le saco de su reflexión, las estrellas por fin eran visibles allí en la bóveda celeste sobre sus cabezas y los destellos de las primeras explosiones en la órbita, seguidas de mas explosiones y de la caída de restos que atravesaban la atmosfera y recorrían el horizonte en forma de pequeños asteroides anunciaron la llegada de la flota imperial de Hydra Minor.
-Capitán Sicarius- el tecnomarine se dirigió al capitan mientras portaba una placa de datos delante de el de la que no desviaba la vista.
- Si hermano tecnomarine Ephaeus-
- Acabamos de conseguir contacto con nuestras fuerzas en órbita, el señor Marneus Calgar y el resto del capitulo se encuentra en órbita entablando combate para levantar el bloqueo-
Sicarius miró al cielo nocturno adornado por los destellos de la batalla que tenia lugar a decenas de miles de kilometros.
-Entonces lo hemos conseguido, hemos ganado el tiempo suficiente, los ultramarines y los ángeles están aquí-
el tecnomarine dejo la placa de datos y dirigió su mirada al cielo, las luces de la lejana batalla espacial se reflejaban en las lentes del tecnomarine, con una voz mecanica habló.
-el emperador protege-
-Si. El emperador protege- contesto el capitán Cato Sicarius.

domingo, 8 de noviembre de 2015

CAPITULO 3.8 DECISIÓN OSCURA

" Una densa tormenta eléctrica de pura oscuridad envolvía a la fuerza de motoristas, dándole una visión lúgubre y amenazadora. Samael, sintió un orgullo apoderándose de su interior, un orgullo que siempre le acompañaba a pesar de los largos años al mando de la segunda compañía, cuando miraba a su alrededor, y contemplaba la majestuosidad de todo el ala de cuervo avanzando a toda velocidad a bordo de sus motocicletas, en dirección a el enemigo. La tercera compañía había sido enviada a órbita para asestar el golpe definitivo a la flota de plaga, y el peso de el último ataque recaía sobre sus hombros y los de sus astartes.  Las órdenes de ataque estaban claras,  y un movimiento de rebase hacía el flanco que ofrecía las mayores garantías tácticas se había realizado con suma eficiencia. Los vehículos corrompidos del enemigo abrieron fuego de forma imprecisa sobre las columnas de motoristas que esquivaban los proyectiles y ráfagas envueltos en sombras.
Una ingente cantidad de bestias mutantes emergió de las ruinas balbuceando y agitando sus múltiples extremidades óseas. Los miembros del ala de cuervo sin titubear ni un momento aceleraron y se quedaron prácticamente dentro de alcance del enemigo, que se abalanzo sobre los marines espaciales. Las motos de la primera linea lanzaron una terrible descarga sobre los engendros en ciernes, una ráfaga de destellos y explosiones se estrelló sobre el mayor grupo de engendros cuando un enorme escuadrón de apoyo de land speeders que rodeaban un mortaja abrió fuego por encima de los motoristas. varios engendros cayeron destrozados, aunque el grueso de las bestias entablo un violento combate con los astartes enfundados en negro.
Samael describió un arco de su espada, las energías abrieron la carne del engendro esparciendo pus y limo, otro de sus motoristas paso describiendo un arco con la espada sierra abatiendo a otra de las criaturas, pero otro hermano no fue tan rápido y fue derribado por los tentáculos de varias bestias cayendo al suelo donde fue descuartizado por las garras y fauces. Con una corta transmisión de estática del canal vox de Samael, los motoristas se abrieron en abanico y se destrabaron del combate acelerando sus motocicletas hasta posiciones de rebase. Los engendros se quedaron en tierra de nadie mientras devoraban los cuerpos de los motoristas no tan afortunados. Una serie de explosiones terribles que esparcieron grandes trozos de roca  devastaron la zona donde se hallaban las bestias, antes de que pudieran reaccionar un gigantesco caballero imperial se abalanzó sobre ellos con grandes zancadas y comenzó a despedazarlos brutalmente con su colosal sierra, y pisotones que agrietaban el suelo.
Samael continuó su avance hacía la segunda línea de traidores, varios enemigos abrían fuego desde las escotillas de los mugrientos rhinos, los chorros de calor ardiente silbaron alrededor de las escuadras que a su vez devolvieron los disparos de fusión haciendo saltar por los aires los restos, y obligando a los aturdidos marines de plaga a parapetarse tras los restos en llamas. 
La batalla avanzaba según los planes del señor del ala de cuervo, que se encontraba enzarzado junto a sus hombres en un violento cuerpo a cuerpo contra los marines de plaga. Los escuadrones de land speeder y motoristas habían abierto una amplia zona perimetral en torno a los objetivos de interés táctico y mantenían a raya los contraataques blindados de la guardia de la muerte y las hordas de demonios que se manifestaban en el plano material con una basta saturación de fuego concentrado. En el centro del campo de batalla Redención Silenciosa continuaba descargando una concentración de proyectiles explosivos sobre las hordas de zombis y demonios que avanzaban hacia las lineas imperiales. Una crepitante nube eléctrica de vapor verdoso, manifestó en un flanco cuatro enormes figuras. Tres de ellas cubiertas de carne apelmazada que terminaban rematadas en armas oxidadas y cambiantes, en el centro otra figura amenazante embutida en una pesada armadura de exterminador, portaba una colosal guadaña de aspecto enfermizo, densas nubes de moscas revoloteaban sobre su generador dorsal, con una sola palabra el mortaja cercano se saturo con señales de sobrecalentamiento cuando sus sistemas de armas comenzaron a expulsar vapor. Los arrasadores abrieron fuego con sus armas cambiantes, la oscuridad que envolvía al mortaja evito los impactos.
El campeón de los caballeros negros, extendió su brazo con la espada en alto, con un movimiento perfectamente sincronizado los caballeros negros se redesplegaron en línea, con un giro de las muñecas, las motos aceleraron a velocidad máxima en dirección a los arrasadores y el Portador del enjambre destructor. Una letal lluvia de plasma se estrello a bocajarro contra los arrasadores que tapaban a su señor, enormes trozos de carne biomecánica eran derretidos por el plasma ardiente, el impacto de las motos contra los restos de la escolta de Typhus fue terrible, un certero golpe de martillo corvex destrozo la cabeza del último, Zacariel, el campeón del ala de cuervo, paso en torno a Typhus, tres potentes golpes de su espada de Caliban se estrellaron sobre la armadura del señor del caos sin efecto alguno, con un violento movimiento de sacatripas, incrusto la hoja de la guadaña en el pecho del campeón, la moto sin su piloto siguió avanzando sola hasta que cayó.
Otro tirón hacia arriba de sacatripas abrió al marine espacial en dos mitades, el resto de caballeros saltaron de sus motocicletas empuñando sus martillos y cargando sobre el enorme exterminador.
Trece segundos después no quedaba ninguno.
Samael acabó con el último marine de plaga, miro a la izquierda y vio a dos motoristas caer envueltos en llamas de color verdoso, derretidos hasta ser irreconocibles. Una enorme sombra los sobrevoló, alzando su espada dirigió el fuego de las unidades de apoyo a su retaguardia, varias decenas de chorros de fusión y misiles typhon pasaban al ras del dragón del caos, hasta que un haz de energía certero impacto en el centro de la maquina demoníaca y lo hizo saltar en mil pedazos creando un espectáculo pirotécnico. 
Samael sabía que Typhus estaba allí, había recibido la información de un mortaja emplazado en ese flanco antes de perder la comunicación con el definitivamente. Pero el señor del ala de cuervo no podía abandonar su posición, cada vez mas demonios se materializaban en el plano físico, y los contraataques de los marines de plaga continuaban produciéndose.
Un rhino enemigo quedo inutilizado por el fuego concentrado del escuadrón de apoyo, los corrompidos marines espaciales, desembarcaron abriendo fuego sobre los land speeder, uno de los vehículos salto por los aires, el resto inició una maniobra evasivas pero los marines de plaga se echaron encima disparando a bocajarro sus armas y colocando granadas perforantes, dos land speeder más fueron destruidos antes de que el mortaja consiguiera elevarse y separarse del letal asalto. Samael respondió rapidamente, encabezando un grupo de motoristas se abalanzo sobre la posición critica, abriendo fuego y dirigiendo la maniobra de respuestas, después de estabilizar la zona, volvió a elevarse sobre corvex y puso rumbo al norte donde más portales demoníacos estaban materializandose.






El ala de cuervo había enviado verificación de consolidación de los objetivos, la presencia de la guardia de la muerte había sido erradicada, pero los portales demoníacos seguían vomitando hordas de portadores de plaga, y la Redención Silenciosa y Samael continuaban abriendo fuego y repeliendo a los demonios tan pronto como se manifestaban.
- ¡Trono de Terra! Hay que localizar el origen de esos portales- Samael sobrevolaba el campo de batalla haciendo picados a toda velocidad para mantener la línea de consolidación de su compañía.
- Al habla el marques de la noche....localizado vector disforme, procediendo a eliminar la amenaza-
Un rayo de energía laser, y dos estelas negras recorrieron el campo de batalla, estrellándose contra un abotargado principe demonio que batía sus alas para mantenerse en pie. La oscuridad en torno al demonio distorsiono la precisión del caza nephilim. Pero eso basto al resto de unidades del ala de cuervo que abrieron fuego sobre la zona designada por la aeronave, obligando al príncipe demonio a replegarse.

La batalla había terminado hacía unas horas, los supervivientes de la guardia de la muerte, habían sido replegados por sus propias cañoneras hasta las barcazas de la órbita, bajo el acoso de las aeronaves de los no perdonados. De Typhus no había rastro.

Samael se quito el casco alado modelo corvus.
El aire ranció que envolvía el lugar comenzaba ya a disiparse. Los cuerpos de los hermanos de batalla caídos en combate, ya descansaban a bordo de las naves en órbita y las semillas genéticas habían retornado al capitulo. El estandarte sagrado de la segunda compañía, donde un motorista destruía a un monstruo de Caliban ondeaba sobre la colina de mayor altura del campo de batalla. 
Todas las unidades habían recibido las ordenes de volver a la flota. El exterminatus era la única opción disponible debido al grado de podredumbre y corrupción que se había desatado sobre el planeta. Aún seguían alzándose cadáveres putrefactos como zombis de plaga, y mantener una guarnición en el planeta sería improductivo. La única razón por la que el exterminatus no se produjo antes de toda esta situación era que replegar a las unidades imperiales sobre el planeta para hacerlo era inviable debido a la intensidad de la batalla orbital, que implicaba todos los medios imperiales en ella, y a una petición encriptada de la inquisición al respecto.
Sea lo que sea que la inquisición quisiera de este lugar ya lo había conseguido. Varias naves negras descendieron sobre las zonas polares del planeta y se esfumaron igual de rápido que llegaron. Ahora Samael se preparaba para embarcar junto a sus astartes en una de las thunderhawk que les devolverían a la roca.
Hoy podía sentir la fuerza del primarca inundar todo su ser, pues se habían vengado antiguas afrentas. Miro uno de los montículos ardientes apilados con los cuerpos de los traidores y una frase se escapó de sus labios.
-Arrepentíos porque mañana estaréis muertos- el señor del ala de cuervo subió la rampa y se perdió en la oscuridad de la thunderhawk.


La flota imperial comandada por Marneus Calgar y Azrael consiguió imponerse finalmente en la órbita de Hydra Minor a la flota de plaga. Los violentos combates se saldaron con perdidas en la flota imperial, pero el peor golpe se lo llevó la flota de los corsarios rojos y la legión alfa que fueron devastadas en los primeros compases de la guerra sobre ese planeta. Las unidades de la guardia traidora también fueron completamente aniquiladas, y una fuerza reducida de hijos del emperador, consiguió poner rumbo hacía Hydra Cordatus. La flota de plaga asumió el grueso de la batalla naval, pero los huecos en su bloqueo producidos por la derrota de sus aliados, permitieron a la flota imperial decantar la balanza, las unidades de asalto de la flota combinada de los ángeles oscuros y los ultramarines consiguieron hacer despiadados
contraataques de abordaje para destruir con cargas termoreactivas los generadores de las naves de plaga, la Terminus Est se replegó a las inmediaciones de la órbita baja junto a su escolta de corbetas y barcazas, y replegó a sus unidades que estaban siendo cercadas por los astartes que atacaban su última zona defensiva sobre la superficie.
Las bajas en la flota combinada del caos fueron considerables, del medio centenar de navíos implicados en la contienda, solo una docena se mantenían en perfecto estado operativo, la mayoría de ellos pertenecientes a la flota de plaga, la parte mas pequeña, eran tres barcazas clase garra, y una fragata clase asolador de los hijos del emperador. La Terminus Est encabezando la derrotada flota caótica dio el salto a la disformidad rumbo a Hydra Cordatus.
La totalidad de las fuerzas imperiales fueron replegadas de Hydra Minor, Ahora la flota combinada se reestructuraba, preparandose para dar el salto a la disformidad que les llevaría directamente hacía Hydra Cordatus. Abajo un mundo tocaba a su fin, la inquisición había dado instrucciones expresas para administrar un exterminatus sobre el planeta, y tras descender varias naves negras en los polos planetarios y partir de allí con a saber que artefactos o secretos, los designios de la inquisición se cumplieron.

"Sar Azazel miraba el mundo que agonizaba debajo de el, a varios cientos de miles de kilometros,

era una imagen bella y terrible a partes iguales, desde el enorme ventanal blindado de la cúspide de la catedral de mando del "Furia Imperecedera", sentía una mezcla de sensaciones.
Había combatido sobre ese planeta desde que la tercera compañía llego al sistema. Su compañía había sido la primera unidad de los ángeles oscuros en entrar combate con el enemigo, y las acciones de combate de sus hermanos, y el recuerdo de los que se habían quedado para siempre en la superficie de ese mundo era algo que ahora, viendo el mundo que se agitaba y tornaba a su fin allí en la lejanía, le atenazaba la mente. 
-Hermano, esto no ha terminado- la voz del capellán Elias le saco de sus pensamientos.
-Lo se, esta imagen me hace mantenerlo muy presente- contesto Azazel sin desviar la mirada del enorme cristal blindado del mirador, con el rostro iluminado por el tenue reflejo del mundo envuelto en llamas.
-¿Esta lista la inmisericorde?- pregunto Azazel con actitud de conocer la respuesta.
-La tercera esta preparada y completa con los efectivos de la séptima y la novena- una sonrisa de pura determinación acompaño la afirmación de Elias.
- Perfecto hermano capellán, veremos que encomienda el circulo interior para nosotros- Los dos astartes se miraron mientras asentían.
Hydra Minor es completamente destruido por el exterminatus de la flota de los Ángeles Oscuros y Ultramarines.


Sar Azazel salió de la estancia y se encamino a los corredores que llevaban a sus celdas de meditación. La voz del vidente eldar que conoció cuando aun era un veterano de la compañía sonó en el interior de su cabeza.


"Se te a permitido vivir, porque quizás seas necesario en un futuro, hay cosas que escapan a tu comprensión, pero tu destino te sera revelado"


El Señor de la tercera compañía entro en su celda de meditación, la compuerta se cerró tras el."





CAPITULO 3.7 ESFUERZO DE VOLUNTAD

"La mañana llegaba a su fin cuando alcanzaron las ruinas del viejo monasterio imperial.
Lucius se encontraba con los miembros del culto del éxtasis y varias bandas de hijos del emperador, en aquella extraña y peculiar zona, defensiva, donde la ostentación y la profanación servían mas al deleite de sus sentidos ávidos de sensaciones que a una verdadera estrategia de defensa. 
Había desplegado sus tropas al sur de las ruinas, ocultas entre algunas arboledas y tenia pequeños grupos de cultistas hacia el Norte vigilando flanqueos.
Al Oeste la mancha azul que suponían ser los Ultramarines empezaba a dejar ver sus detalles, el despliegue en guerrilla ocupando el horizonte no ocultaba sorpresas, tras varios desastres los ultramarines querían venganza.
En el mismo momento que iba a dar la orden de avance, varias cápsulas cayeron en mitad de la formación. 
Lucius sonrió mientras veía algunas escuadras de ultramarines entrar en la arboleda mientras disparaban a nadie.
- Avance directo, hasta el asalto - ordenó Lucius al jefe de su escolta.
- Señor, hay tropas en mitad del despliegue - llego a decir antes de ser abofeteado. 
- Kyzabiss se encargará de ellos, Avance total. La voz de Lucius era una armonía sibilante.
La transmisión llego a las primeras líneas,  empezaron andando, al trote y una pequeña carrera antes de encender los retroreactores, las compañías de rapaxes avanzaron flanqueadas por escuadrones de motos y en el centro una decena de rhinos con Lucius y varias escuadras de ruidosos.
La línea de la cuarta compañía hizo alto y empezó a hacer fuego simultáneo, una sinfonía de muerte que dejaba un rastro de rapaxes por el camino, detrás de la capilla en la ruina de las antiguas celdas un grupo de devastadores empezó a disparar sus cañones láser, un fuego lento, pausado pero terriblemente preciso,  los escuadrones de motos vomitaron plasma y la línea azul empezó a tambalearse, entonces empezó el desastre, un escuadrón aéreo de Tres Storm Raven y unos treinta Stormtalon apareció encima de la línea de Rhinos,  el fuego dejo racheado y se convirtió en una mortal tormenta, compañías enteras de asalto eran despedazadas en segundos, desde el norte los cultistas informaban de la llegada a toda velocidad de varios  Land Raider escoltados por Landspeeder. 
Lucius entro en las ruinas a tiempo de esquivar la tormenta, a través de las ruinas vio un capellán de los ultramarines investigar la entrada del templo, avanzaron sigilosos,  cuando faltaban menos de tres metros Kyzabiss el príncipe demonio irrumpió en el callejón,  un giro de muñeca y el centurión más cercano fue destripado, un giro y otro centurión fue empalado,  el capellán Craso pudo ver las cabezas de los sargentos enviados en cápsulas, su amigo Pelagius estaba allí.
El maldito demonio levanto la espada con el centurión aun empalado y lamió la sangre según caía Craso avanzó valientemente,  pero con una rapidez inhumana el demonio libero la espada, esquivo sus disparos y le partió la espalda con las manos desnudas,  todavía estaba vivo cuando su cuerpo fue usado para matar a golpes a su último escolta.
Con la misma violencia que había llegado Kyzabiss derrumbó el muro de la capilla y desapareció buscando más sangre.
Lucius maravillado por ese espectáculo de sangre se había quedado absorto, 
- Tenemos que movernos señor - informo uno de sus escoltas antes de que su cabeza estallara, al girarse vio como un chorro de fuego quemaba a la mitad de su escolta, el techo se derrumbó sobre el resto de sus ruidosos bajo el fuego de un Stormtalon. 
Lucius ciego de ira desenvaino la espada, encaró el Land Raider y avanzó, pero sus piernas no respondían, al mirar sorprendido vio lo que antes fue su pecho ahora se abría grotescamente un enorme agujero.
- arrummmm......- un doloroso gemido de placer se le escapo mientras caía. 
El príncipe demonio seguía por la capilla matando a placer a cuantos marines encontraba, el éxtasis era inmenso,  derribo otra pared buscando más sangre y placer.  El fuego combinado de varios vehículos lo despedazo mientras reía placenteramente y eyaculaba entre orgasmos y convulsiones.
Cerca de él, el capitán Ventris miraba con tristeza el cadáver de Craso. 
- Capitán,  hay un núcleo de resistencia en las ruinas del este, hemos perdido varios vehículos.
- A toda la cuarta, fuego sobre las ruinas del este, echad abajo ese edificio contesto Ventris.
Sistemáticamente toda la potencia acorazada de los ultramarines barrio la zona.
En ese monasterio muerto los Ultramarines vengaron a sus hermanos.
En ese monasterio derruido la guerra empezó a cambiar."



La batalla final por la consolidación de Hydra Cordatus había comenzado, la flota de plaga sobre el planeta comenzo a ser dispersada, y a medida que el bloqueo se abría en varios puntos, los ultramarines y los ángeles oscuros comenzaron a recibir algunos refuerzos. Tras haber obligado a las fuerzas del caos a replegarse sufriendo catrastróficas perdidas, solo dos puntos de resistencia mantenían la presencia de los marines traidores sobre la superficie. Los regimientos de la guardia imperial traidora habían sido completamente destruidos. Solo una posición de la guardia de la muerte, y otra de los hijos del emperador, separaban al imperio de la completa toma de Hydra Minor. Las fuerzas imperiales se reforzaron desde sus barcazas en órbita, mientras que los cruceros y fragatas de combate mas pesadas expulsaban a parte de la flota de plaga en cruentos combates orbitales.
Con la llegada de refuerzos y el respiro de los ataques caóticos sobre la superficie, los ángeles oscuros y los ultramarines se dividieron en dos grupos de ataque. Con la firme disposición de dar un golpe final al enemigo, La cuarta compañía del capitán Uriel Ventris lanzó un ataque completo sobre las posiciones de los Hijos del emperador, mas al este, mientras que una fuerza de la segunda compañía del ala de cuervo se dirigía al norte a acabar con la presencia de los heraldos de la putrefacción. Al reabrirse el transito entre la superficie del planeta y la órbita la tercera compañía de batalla de los ángeles oscuros pudo volver a bordo de las barcazas con lo que la batalla orbital se decanto completamente del lado imperial. Solamente la terminus est y algunas naves del exceso de los hijos del emperador seguían en órbita baja dando un apoyo precario a sus unidades en tierra. La cuarta compañía de Uriel Ventris ataco con furia justiciera, un avance blindado terrible que se estrello contra las huestes del placer y aplasto a los traidores forzándoles a huir a órbita y partir de inmediato dejando atrás un coste terrible de bajas.
Ahora el ala de cuervo con el apoyo del caballero desarraigado "Redención Silenciosa" se preparaba para el golpe final contra los traidores.

"En un lugar al fondo de la oscura sala de la cámara del exceso dentro de la nave insignia de Lucius, los gritos de la docena de cuerpos que se derretían y burbujeaban mientras se soldaban y se unían de forma grotesca inundó la estancia. Alrededor de ellos varios hechiceros del caos con armaduras ornamentadas con formas falicas y rostros serpentinos entonaban cánticos lascivos mientras se elevaban en un estado de trance. Aun mas alrededor, cerrando un tercer anillo en torno al ritual, un séquito de marines ruidosos, tocaban sus amplificadores, creando una mezcla de aberrantes y eróticas melodías discordantes. En el centro, la masa de cuerpos se unió finalmente en una bulbosa masa de carne rosácea. A medida que la forma de la masa gelatinosa fue revelándose, se hizo manifiesta la forma de una servoarmadura, un látigo se retorcía chisporroteante, y un rostro adornado con cientos de cicratices que miraba a los presentes con dos ojos completamente negros termino de definirse con crepitantes descargas eléctricas de energías púrpuras.
-El principe oscuro, necesita deleitarse con el placer del que le hago partífice- Lucius dejó escapar una sonrisa con su boca carente de labios.
El resto de los presentes en la sala se arrodillaron ante su señor."

domingo, 1 de noviembre de 2015

CAPITULO 3.6 EL DIOS QUE RÍE

"El tomo de cristal de la biblioteca negra había predicho este día. El maestro de la mascarada seria en esta ocasión el solista del elenco de la luz, interpretariamos la venganza de cegorach, el actor secundario un antiguo enemigo de nuestra raza. Los necrotyr también llamados los sin alma, habían sido engañados por sus dioses, convertidos en poco mas que autómatas, llevados a una guerra civil y obligados al letargo durante eones. El despertar de una dinastía significaba que querrían controlar los accesos a la telaraña de su sistema para activar sus puertas dolmen. El solista de la luz se había anticipado a los acontecimientos infiltrándose en el núcleo del despertar del mundo necron acompañado de su elenco y del elenco del crepúsculo. El solitario, heraldo de cegorach y condenado a ser devorado por slaanesh salvo que el maestro luche por el, nos acompañaba en silencio.. Su cuerpo era solo un borrón de luz prísmatica, una obra de arte en sí mismo.
Un haz de láser gauss verde iluminó las ruinas donde esperaba el resto de la mascarada, desperté de la ensoñación dando ordenes silenciosas, el elenco se movía. En esta ocasión nos tocaba hacer el papel de la oscuridad, no habría bromas hoy. Los necrotyr nos habían pillado por sorpresa, ellos reirían primero si tal emoción era posible en su raza. El transporte tejeestrellas donde viajaban los famosos bufones de muerte fue destruido en una silenciosa explosión verdosa. Los bufones saltaron dando volteretas con sus cañones aulladores dibujando magnificas posturas artísticas en el aire. Con un quejido antinatural y muy poco artístico hicieron su torpe aparición las máquinas centinela de los necrotyr. Bestias serpentinas con látigos mecánicos se abalanzaron sobre el elenco del crepúsculo, la danza comenzó con pocos tropiezos. Varias bajas no serian un problema para la actuación. Hice avanzar a mi elenco y con una danza sincronizada nos unimos al crepúsculo.
Oscuridad y crepúsculo juntos, surgió una obra de arte digna de cualquier actuación a bordo de un mundo astronave o incluso en los anfiteatros de nuestros primos oscuros. Active con un pensamiento mi caricia. Este guante nunca me había fallado, con un toque sincronizado junto con el vidente de sombras hicimos estallar uno de los constructos. Acto seguido y sin dar orden ninguna los dos elencos nos destrabamos. Corrimos en busca de cobijo, activamos los cinturones graviticos e ignorando la gravedad del planeta saltamos por encima de un risco de 25 metros. 


Al otro lado la batalla sucedia a un ritmo frenético, el elenco de la luz fue masacrado de forma muy poco elegante cuando los refuerzos necrotyr entraron en escena a bordo de sus arcaicas naves en forma de cuarto creciente. Al menos dos docenas o mas de necrotyr menores avanzaron en silencio. Nuestro vidente de sombras invoco una neblina que dejo en estado adormilado a los guerreros mecánicos. Avanzamos interpretando nuestra mejor danza, coordinando esfuerzos con las motocicletas tejecielos, apenas tres segundos de exquisito arte bastaron para derribar a los torpes guerreros. Los compases iban in- crescendo el solitario danzaba por en medio del campo de batalla esquivando los rayos de luz verdes como si el tiempo se ralentizase. Acabo con una enorme araña mecánica, con furia fue rodeado y cubierto por montañas de pequeños escarabajos, pero nada podía detener al heraldo del maestro. Con un varios giros sobre si mismo y un salto final de mas de 30 metros destrozo al enjambre machacando con la inercia de la caída sin amortiguar a los restantes constructos. Se alzó lentamente y se sacudió la ropa, luego desapareció en un nuevo borrón de luz. La batalla parecía tocar a su fin, activando sus cañones de disrupción las tejecielos derribaron a el faraón de la dinastía de su plataforma gravitatoria. Gesticulo ordenes, pero con una última broma los bufones le acribillaron con miles de discos de sus cañones aulladores luego todos aquellos guerreros humanoides quedaron inactivos, solamente las bestias serpentinas seguían actuando al margen del ejercito que de desmoronaba.
Eché un ultimo vistazo a la batalla, de dentro de la pirámide necrotyr salieron varios arlequines, con una orden que nunca di nos pusimos en movimiento con la explosión electromagnética a gran escala agitando mis ropajes. Eché un vistazo de reojo, la pirámide caía lentamente y con ella toda una dinastía... En todo el planeta sonó una cariñosa carcajada, y al fin pudimos sonreír mientras nos introduciamos en la telaraña por caminos secretos"


La dinastía necron que despertaba en Hydra Xylen recibió un duro golpe cuando planeaba expandirse mas allá de su mundo. Utilizando las puertas dolmen (arcanas entradas a la telaraña de rutas olvidadas e inestables) los necrones de la dinastía Mohuntep amenazaban con evadir la tormenta disforme que envolvía Hydra Xylen y poder así atacar a las facciones implicadas en la guerra desestabilizando toda la región. Nada mas conseguir la energía suficiente para abrir los enormes megaportales, varias troupes de arlequines emergieron enzarzándose contra las hordas necronas y abriéndose paso hasta los pilones de energía que mantenían en funcionamiento las pirámides teserácticas destruyendolas. El ataque pilló por sorpresa a los necrones, algunos ya habían accedido a la telaraña y pudieron escapar por sus laberínticos túneles hacía cualquiera que fuese su destino, pero casi la totalidad del mundo necron que despertaba fue aniquilado por el ataque furtivo de los arlequines. Un enorme mundo astronave de color negro y hueso rodeado de una enorme flota de estilizados navíos se materializo momentáneamente en las cercanías de la órbita de Hydra Xylen y descargo un bombardeo orbital de macrolanzas brillantes y baterias superpesadas prisma sobre su superficie, después desaparecieron tan fugazmente como habían aparecido. Hydra Xylen ahora mismo es un planeta muerto que se acerca a su final, enormes movimientos tectónicos sacuden violentamente sus continentes, enormes nubes de polvo cubren su cielo ya de por sí abrasivo, y las estructuras del mechanicum que se encontraban en el planeta y los restos del mundo necron han sido cubiertos por la lava ardiente.
A pesar de que los necrones han sido borrados de la faz de Hydra Xylen y el planeta devastado por el despiadado ataque eldar, el lider de la dinastia necron Mountek "el alterador" se interno en la telaraña con cerca de cincuentamil de sus guerreros sin alma, una de las fuerzas de su punta de lanza que primero atravesó las puertas dolmen. El donde y cuando atacaran, o si saldran de la telaraña es algo que quizás, solo los arlequines conocen. Y el conocimiento es algo que la ancestral raza eldar no suele compartir.